PERO-PERRO

El perro del vecino se habia escapado de nuevo, era una noche fria de septiembre, aguda indescriptible, oscura, el pelaje negro del perro grande lo mantenian oculto detras de un arbol que para nuestra vista era inconcluso malgastado.

A ti, perro vagabundo
a quien todos miran, y nadie quiere
cabeza gacha y mirada que hiere
que despierta la más pura sensación,
un amor que palidece
y se convierte en compasión.


No necesitaba pararme de mi sofa para darme cuenta que el barrio entero ayudaba al pobre viejo señor a encontrar su perro perdido, pero es que falto solo un segundo para qu elo tuvieran en sus manos, porque tan pronto los vio corrio dies mil millas mas aya para saber ahora que nunca mas lo volveriamos a ver.

. . .


Era una mañana calurosa de septiembre cuando el viejo vecino camino calle arriba volviendo calle abajo con algo en sus manos, no era mas grande que mi mano a decir verdad, pero poco a poco el perro crecio para convertirse en el dolor de cabeza de lor vecinos amigos... dorado era el pelaje, ya no habia perdidas, pero el astuto ingenuo cachorro aprovecho una tarde de otoño para escapar mientras los ultimos rayos del sol aun quemaran su pelaje.

Vendrá la aurora y te diré: “despierta,
Huyeron ya las sombras enemigas.
Soy compañero fiel de tus fatigas
Y celoso guardián junto a tu puerta.

No tuve que volver a la cocina para ver quel vecino volvia calle arriba y calle abajo...

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