SOLIDARIDAD CONYUGAL

Tres obreros limpiaban las ventanas en los últimos pisos de un edificio muy alto. Uno de ellos, de nombre Juan, tuvo necesidad de ir urgentemente al baño y decidió descender con su silleta hasta la planta baja.

Mientras estaba en el baño, un viento huracanado azotó el edificio e hizo caer al vacío las silletas de los otros dos obreros, quienes se estrellaron contra el pavimento y murieron de inmediato.

Esa misma noche, Juan, profundamente afectado por lo ocurrido, acudió con su esposa al velorio de sus dos compañeros y no halló palabras para al menos tratar de consolar a las dos viudas.

De pronto entraron en la sala del velorio dos señores muy circunspectos, que preguntaron por las viudas, Se dirigieron a ellas y les dijeron:

"Señoras, el seguro previsto por la empresa en que trabajaban sus difuntos esposos les otorga a ustedes una indemnización por el lamentable siniestro en que ambos perecieron. Es un cheque por US$1.250.000 para cada una de ustedes.

Firmen aquí, por favor, tengan los cheques y reciban nuestras más profundas condolencias".

La esposa de Juan, que había presenciado anonadada toda la escena, miró airada a su marido y le dijo:
- "Ja, Claaaroo, ¡¡ y el señor cagando !!"

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