DIÁLOGO


- Adelante, puedes disparar, al fin y al cabo solo será otra vida que se perderá.
- No lo comprendes, ¿Verdad?
- ¿Qué debo comprender?- siguió el sonido de los pasos en la oscuridad, de repente sintió en su oído una respiración honda y cálida.
- No eres solo una vida.- dijo casi en un susurro- Ahora dime ¿Dónde lo ocultas?
- Los secretos yacen ya en el fondo de mi ser.
- ¿Qué quieres decir?- dijo alejándose del hombre con la venda en los ojos.
- Me he preparado para morir, los asuntos de los vivos ya no me apetecen.
- ¡Conmigo no te hagas el boludo! ¡No vengas con tus charlatanerías de poeta frustrado!
- Respondo lo que has preguntado.
- ¿Dónde está?
- Lo he olvidado.
- Solo me dejas una opción...
- ¿Matarme? Adelante, puedes disparar.
- ¿Quién iba a pensar que saldrías tan mártir?
- Solo te pido que acabes con este suspenso.
- ¿Suspenso? ¡Cierra tu puta boca! - se sentó enfrente del hombre vendado- Dime ¿Dónde putas está?
- El conocimiento no es material, no se le puede esconder entre las sabanas o amarrado a las cortinas.
- Sabes muy bien de quien hablo.
- Me tienes anonadado con tu insistencia. ¿Qué horas son?
- Casi las 12.
- ¿Es de noche?
- Claro.
- Él ya debió irse.
- ¿A dónde?
- No lo sé, solía tener viajes sin regreso.
- ¿Y cómo se encontraban?
- El destino, siempre nos juntaba.
- ¡Hijo de puta! Me tenés harto con tus cuentos raros y tus creencias tontas.
- No me crea, me da igual. Hágame un favor, dispareme.
- Antes tengo que saber dónde está.
- No le puedo decir, suficiente daño habrá hecho este muerto a la humanidad para tener que condenar a quien lo amo sin medida y comprendió sin pereques.
- Usted no es poeta, lo que es es un maricón de quinta.
- ¿Y por qué no me ha violado? ¿O es qué cree que yo no sé quién es usted?
- Usted no me interesa, su existencia me vale culo.
- Culos como los que le gusta violar.
- Yo no violo a nadie.
- Querés a la gente de manera ruda.- dijo con sarcasmo.
- Vos te callas la boquita o te...
- Ya le dije que no me amenace con la muerte que no le tengo miedo a esa huesuda.
- Te vas a ganar esta puta bala, me dan ganas de metérsela puel orto.
- ¿Qué tal que se sienta placer? Mejor métamela en la boca o escúpame esa mierda en un ojo, con eso me muero facilito.
- ¡Respondame ya! ¿A dónde se fue?
- ¿Y si no le respondo? Igual me va a matar.
-Maricón, dígame  ¡¿Dónde lo escondió?!
- Yo no sé donde se haya metido ese man.
- ¿Se fue del país?
- A lo mejor, ese siempre estuvo obsesionado con Italia.
- ¿Italia?
- Pregúntele usted a él cuando lo encuentre.
- ¿Usted no sabe? Los más íntimos y no sabe eso... interesante.
- Él y yo no pasamos de tener un par de polvos y unos cuantos cafés, no me arme novelas que me gustaría vivir.
- ¿La tenía grande?
- A mi eso nunca me intereso ¿A usted le importa?
- Siempre me lo quise comer.
- Que asco usted, siempre acosándolo ¿No le da mamera? Siempre detrás del mismo man, toda su vida y no se dió la oportunidad de querer a otros.
- ¿Cuáles otros? ¿De qué habla?
- Los otros. Usted sabe no se haga el pendejo.
- ¡Bueno! Cuidadito como me habla gran gûevon.
- Bueno ya le dije, búsquelo en Italia, a lo mejor se fue con su amigo de negocios pa no tener que pagar seguridad extra.
- Usted me creyó gûevón a mi, me vio cara de marica.
- Verlo, verlo, nunca. Y pues marica, marica si es.
- Callese.
- Pero quien lo entiende, que si hablo malo y si no....
- ¿Qué se calle?
- ¿Fue qué ya vino a rescatarme o qué?-susurra.
- Usted está loco.
- ¡¿ENTONCES PA QUÉ ME CALLA?!
- Pa que no hable tantas barrabasadas que me tiene harto.
- Usted el acosador número uno y no sabe a dónde se fue ahora.
- Usted era el que se lo tiraba, debería cuidar más ese pene.
- ¿A es qué usted cree que yo solo me lo tiraba a él? Además ¿De qué me sirve cuidar algo que ya no voy a tener?
- Mire, lo dejo vivo si me dice dónde coños se metió ese cabrón.
- A mi no me interesa quedar vivo, ya me preparé para morir y ya le dije que no sé.
- Haber le digo continentes y usted me dice si en alguno de esos está.
- Si con eso acabamos este jueguito pues hágale.
- Europa... América... Asía... Oceanía... África.
- ¡Ese! ¡Ese!
- ¿África?
- Le gustaban los negros como yo, lo ponían cachondo.- le propinan una bofetada.
- ¡Póngase serio!
- Entonces sos blanco.
- No es el tema.
- A él le gustaban las vergas grandes.
- Con usted no se va a poder... ¿Dígame tenía otros amantes?
- Que yo sepa, si. Pero todos están en el hospital o en su defecto muertos.
- ¿Por su culpa?
- Si, ese siempre nos mataba a los que enamoraba.
- Jueputa usted si...¿Por qué en el hospital?
- Siempre hay que hacerse de vez en cuando un retoque en el ano.
- ¡No me lo soporto más!
- ¡Máteme!
- Si, maricón lo que tu digas... No lo pienso matar.
- Ya busco en la finca de él.
- Ya la quemamos.
- Malditos... Bien linda que era esa casa, las sabanas de seda y levantarse con los primeros rayos del sol y ver esas hectáreas de bananos...
- Ya no hay nada, todo lo quemamos.
-Ya sé, solo recordaba, no sufro de problemas auditivos como usted.
- ¡Respéteme! ¿O se le olvida?- roza el arma por el cachete del vendado.
- Marica que no el tengo miedo ¿No entiende?
- ¿Usted de qué vivía?
- Él me mantenía. Desde la U siempre me mantuvo.
- ¿Lo amaba?
- Yo lo quería, nunca lo ame pues nunca me amo tampoco.
-¿Sabe si amo a alguien?
- A usted seguro no. Siempre tuvo un man en el corazón.
- ¿Y?...
-Nada, él man no lo amaba a él.
- Que pendejada la del amor ¿No?
- Es una cosa linda, pero la estrategía pa pasarla bueno es no enamorarse.
- ¿Amor sin amor?
- No sea tonto, yo hablo de pasión, sexo.... A verdad que eres virgen.
- ¿Virgen? Me he acostado con más manes de los que me gustaría reconocer.
- Basura.
- No el tengo que probar nada.
- No lo haga, igual me voy a morir que me interesa.
-¿Se va a callar todo el día el paradero de ese imbécil?
- Tal vez si, tal vez no... Todo depende de que obtenga a cambio.
- ¿Quiere qué se la mame?
- No, usted debe tener sida.- otra bofetada.
- ¿Y si le doy palo?
- No, eso no me gusta, a menos que me desvende y me suelte las manos.
- Me creyó gûevón.
- Pues es que eso del sado y de andar atado no me gusta, mejor libre pa que pueda hacer más cosas.
- ¿Quiere o no?
- Mejor no, lo recordaría a él.
- ¿Tan bien lo hacia el hijo de puta?
- Bien, es un adjetivo que le queda corto.
- Esto no lleva a ningún lado.
- Lo sé, hace rato debí matarlo, pero se ve tan lindo atado.
- ¿Se embobo? No se enamoré de mi.
- Lo bueno es que así le puedo hacer cositas y usted no puede hacer nada.
- Que grotezco y niega ser violador.
- ¿Qué quiere a cambio?
- ¿A cambio de qué?
- Pues de la información del paradero de ese marica.
- La verdad nada, nada me llevaré a la muerte.
- No lo voy a matar, sabe, ahora lo dejaré aquí.
- ¿Sólo? ¿No le da miedo qué encuentre la manera de escaparme?
- La puerta solo cierra de afuera, no hay ventanas ni nada afilado con lo que pueda hacerse daño o desatarse. Tiene dos opciones, o me dice el paradero del tipo o lo encierro y espera a que se muera.
- Prefiero esperar., puedes retirarte.
-Maldito burgues, yo no soy su sirvienta.- le propina una nueva bofetada.
- ¿Y a mi qué me importa? Podría ser mi puta, como me lo propuso hace menos de una hora...

Voz de radiotelefono << Deje de perder el tiempo con ese marica, ya encontramos al man>>

- Adios.
- ¿No me matará?
- No, puedo dejarlo aquí, morira lenta y dolorosamente, además de solo...
-¡HIJO DE PUTA! MATEME
- Bye- se cierra la puerta.







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