COMO HACER

y como hacer cuando te enamoras de alguien, cuando derrepente sientes que ella es la unica, cuando derrepente tu mundo empieza a girar entorno a ella, cuando el sol no sale si ella no esta, si la luna desaparece con un pensamiento de despecho, cuando los anelos desaparecen por complacer sus sueños y caprichos.

y como es entir las mariposas en el estomago, como es enamorarse por primera vez, como es perder los ojos por ti, como es escribir sobre ti en un verano caluroso en un invierno frio en un otoño fresco, pero al diablo con la primavera porque el amor que hoy sentimos tu y yo, no nacio en primavera, cuento con la suerte de vivir en un pais sin estaciones, un pais en el que sin importar la fecha o la hora, puedo salir a comprar mil flores o rosas de mil colores para embelleserte, para amarte.

simplemente es sencillo, sencillo amarte quererte, tenerte, olerte y besarte, a y como me gustaria besar tu dulce boca, como me gustaria ver tus ojos mientras te beso, pero es de mala educacion, y como me gustaria pensarte cada mañana, recordar tu recuerdo, borrar las peleas y vivir juntos algo lindo llamado amor que hoy a pesar del frio quiero tenerte, amarte, sentirte.

te amo.

yo(tu admirador secreto)

CARTA 2

Francisca:

Como me gustaria que hoy me amases como yo te amo, como me gustaria que me miraras y vieras de tus ojos, que por cierto son hermosos, como me gustaria decirte todo esto en la cara, diciendote que te amo, que te quiero y que no quiero que seas de nadie mas, como decirte con las palabras correctas que quiero que tengamos algo, como conseguir ese valor que no tengo.

Tu risa, tu sonrisa y todo tu, de cómo poco a poco yo, este pocacosa, me fui enamorando de ti.

pero este sentimiento surgio de la nada, surgio de repente, senti tu corazon tu alegria y tu emocion, y sin mas me enamore, me senti atraido por ti.

Me gustaría quedarme viejo para que nunca deje de quererte, me gustaría quererte, me gustaría quedarme en la orilla del mar para distraerme con el sonido de las olas al chocar con la orilla pálidamente iluminada por los tibios rayos del sol, amanecer matutino de la noche en penumbra, con los ruidos del viento silencioso.

El bosque en llamas huye seco al pensar en los diferentes momentos en los que la lluvia sonriente derramaba sobre sus verdes hojas marchitas del intrépido lumbral.

Y fue solo la noche de Agosto, cuando el sol salio mil veces, la nieve se volvió negra y el cielo pálido enrojeció derrepente, cuando los árboles dieron frutos blancos y la luna huyó.

Fueron dos lunas de un sol opaco, dos veranos de un invierno, pero ninguno tan solemne, fue la mañana de septiembre cuando el viento dejo de soplar, y las fantasias se hicieron realidad.

Deje de pensar en tu recuerdo, para concentrarme en mi olvido, para vivir el presente sin medir el futuro sintiendo el pasado tan cerca de mi y corriendo de la muerte que se muere por dar fin a este horrible relato de un pobre tonto infeliz que en el último copo cálido de nieve, dio su ultimo lamento.

Me gustaria que las cosas entre los dos fueran mutuas, que el amor fuera mutuo y que juntos construyeramos algo lindo, algo que solo los dos comprendamos, algo que entre los dos vivamos, quiero amarte, quiero que yo no tenga que decirte quien soy, quiero que tu misma lo descubras.

Te amo.

Yo (tu admirador secreto)

VOLVERE

porque me haces dudar ocrazon,porque derrepente quieres a otra persona, porque derrepente tienes esas ganas de vivir en un mundo diferente, porque las ilusiones hoy se van de tu rostro, dame un beso niña, solo uno bastara para que confirme si eres tu la que busco sin descanso, dormire sin descansar pensando solo en el dilema que hoy me debate, pensando en las olas del mar que me distraen pensando en sus rostros y con quien me quedare.

pero quien eres tu, que digo cuando digo "contigo" quien es contigo, es ella o la otra como amar al mismo momento, como pensar tan solo en dos caminos que quiero vivir, impotente creo que es la palabra, pero como, es ella o tal vez ella, no no y no, devo decidirme deuna vez por todas, devo tratar de vivir ahora en el profundo olvido del recuerdo, de la vida idiota que hoy sucede.

pero como olvidar tu sonrisa, esperame que volvwere para llevarte.

SOLO UN PROBLEMA DE TRES

al principio empesaste tu aquererme, y poco a poco con estos dos ojos ciegos empeze a darme cuenta que quizas eras tu a la que tanto busque, pero como abndonar un recuerdo y una vida ya construida con otra persona, solo tu me adornaras el sueño apraque seas solo tu la unica en mi corazon.

pero como luchar contra las corrientes, como luchar cuando e sido devil, aguarda por mi volvere.

PATRICIA

Lo siento….

Amor perdidoy malgastado, lo siento, me siento mal, quiero hacer algo para no sentirme asi para sentirme diferente, para ojala poder amarte de la manera que hjoy lo haces tu, pero no puedo, mi corazon ya no es mio, lo siento, me gustaria que fuera tan solo una brisa salina la que quemara tus lagrimas, quisiera poder consolarte hoy, quisiera poder decirte, “ siento lo mismo”, quisiera que la vida fuera un cuento de amor, una fantasia, un cuento de princesas, esos cuentos donde siempre todos salen felices.

Amor después de que lloro por ti, te busco hasta en una ratonera, vienes a mi y no justamente en el momento mas oportuno, mi corazon ya lo han robado, se lo an llevado solo para que yo no tome mas decisiones, pero me siento mal, quisiera que la vida fuera tan sencilla como tomar gaseosa, quisiera que la vida fuera tan solo una fantasia.

Como me gustaria amarte, tenerte y decirte cosas bonitas al oido, pero solo el recuerdo fantasmal de ella me enferma y me lo prohibe, espero que me entiendas, quisiera poder ser todo lo que deseas, quisiera ser…

Me gustaria amarte, de la manera que lo haces para completar las piezas del inmenso rompecabezas de la vida.

Esperaras mi tren? O iras en otro? Solo el recuerdo frio de que quizas la persona que me gusta no le guste me hace arrepentirme de todo lo que digo ahora, en estas palabras sencillas, tal vez el tiempo nos de después un momento, tal vez después el tiempo nos guardara unos segundos para disfrutar de algo mayor, de algo mas agradable, en situaciones mejores.

Lo siento, y solo es eso, solo quiero morir hoy, pero quisiera agradecerte, quisiera agradecerte porque me devolviste la esperanza de que en algun momento alguien se enamorara de mi, de que tal vez ese sueño de morir soltero se desvanesca, ojala tu recuerdo quede para siempre grabado en mi memoria, y que yo viva en tus sueños, solo para que ambos vivamos un sueño que hoy no podemos cumplir.

Hace ya algún tiempo que he perdido la razón
Y aunque busco no le encuentro una explicación
A esto que me esta pasando que me esta precipitando
Que me pide una solución

Y cada vez que lo presiento lo analizo y lo pienso
Siempre busco una explicación
Busco y busco y no la encuentro y todo lo que llevo adentro
Se convierte en una gran confusión

De que me sirve ay que me quiera
Esa persona que no quiero que me quiera
Si la que quiero ay que me quiera
No me quiere como quiero que me quiera.

Lo siento


Yo.

PRETENDIENTE SECRETO

estoy seguro de que esta no es una carta de amor cualquiera, estoy seguro de que tu no eres una niña cualquiera y que yo no soy el unico tonto enamorado de ti, estoy seguro de que no diras que si hasta saber quien soy yo.

sabras con mucha facilidad si misterios te gusta resolver, aprenderas a amarme, no obligada, pero aprenderas, nos reiremos pronto juntos y olvidaremos juntos esto sin saber que pronto descubriras quien soy yo, te amo apesar de que aun no me conoces, te veo muy de vez en cuando, te quiero muy amenudo.

me gustaria pasar las manecillas del reloj a la hora en que pueda desaserme de mis obligaciones, oir tu forma de hablar y disfrutar de cada segundo de tu presencia, no se si con esta carta estoy logrando lo que pretendo, pero de igual manera seguire escribiendo, porque a mi no me queda mas remedio que vivir del amor que siento por ti de esa manera loca que te quiero hacer sentir.

quisiera morir el dia en que tu mueras y que me entierren al ladito tuyo con eso el dia en que hacendamos al cielo yo te tome de la mano, tu mano fria paralizara el campo hermoso, de tu linda sonrisa.

me perdere una vez mas en la ceguera que me producen tus ojos, me perdere en el bosque lleno de misterios que eres, solo para volver a uqedar enamorado de la niña hermosa que eres.

NATALIA

De como me perdi en tus ojos y me enamore de ti, es algo que verdaderamente no importa ahora, eres lo mejor que me a pasado, de seguro te cambiaria cosas para que ambos fueramos totalmente compatibles, de seguro buscaria mas cosas que regalarte, de seguro buscaria tus labios para besarlos solo una vez mas.

Me enloqueceria de solo pensar en ti, me perderia de solo dormir en tus sueños, cantaria a la luna si fuera un cantante, bailaria si fuera un bailarin, pero solo escribo solo besame una vez mas, quiereme, amame.

una tarde soleada de diciembre me dedicaria a contar tus cabellos, a descubrir tu hermosura perdida, a aprender como eres, vivir como eres.

velare tu sueño...

FRANCISCA

La lluvia fria caia tristemente sobre mi rostro, sostuve tus manos con firmeza, solte una de tus manos para deslisarla por tu rostro, me detuve en tus ojos cafes para observarlos con mas detalle, me dedique a guardar tu sonrisa en algun lugar especial de mi memoria, tristemente sonreiste.

la lluvia de tormenta se deslizo por mis mejillas, bajo el paraguas que te cubria a ti las gotas de agua no provenian del cielo, sonrei al firmamento mientras decia tu nombre, pronto el carro rojo se acerco para llevarte lejos.

pasaron mas de tres años, tu nombre ya es una promesa en el aire, tu regreso es algo indiscreto, mi vida es tan solo un trozo de papel, aún recuerdo tu sonrisa, tus pomulos, tu hermosa mirada, tu risa de primavera, el tacto de tus pequeñas manos, el amor que brotaba de tus dulces labios, porque los bese mas de una vez antes de darme por vencido.

cerre mis ojos y llore bajo la almohada tejida de recuerdos que hoy se funden en gotas tristes de un lujubre sonido lastimero, ese café de tus ojos, ese rojo de tus labios.

y puede ser que tarde demasiado para darme cuenta que te amaba, pero hoy te olvido en un fugaz segundo que no me deja minutos para recuperar las horas.

me acostumbrare a tu presencia tan solo unos dias para dormir mientras respiro, y mientras duermo me recuerdo ami mismo que aun llevo tu pesado recuerdo, el pesado recuerdo, la carga interminable que jamas me gustaria dejar.

el viento de una noche tibia de invierno, me arrebato tu recuerdo, desaparecio tu rastro, durmio mis sentidos, me anestecio para sacarme el corazon, y pudo ser el fin del mundo, pero tan solo era el fin de una hormiga en un inmenso universo...

CONVERSACION

LA CONVERSACION AQUI ´PRESENTE ES FICTICIA, LOS CORREOS ELECTRONICOS SON INVENTADOS ASI QUE PORFAVOR DISCRECION Y NO SE QUE MAS CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA.

Nunca revele sus contraseñas o números de tarjetas de crédito en una conversación de mensajes instantáneos.

alejandro dice:
hey
alejandro dice:
ya descubrio quien me gusta
anonimo123456789@hotmail.com dice:
nada
anonimo123456789@hotmail.com dice:
se me olvido
alejandro dice:
jajajajjaj
alejandro dice:
ya sabe el viernes le pregunto y si no tiene siquiera una idea el tema no se vuelve a tocar y si lo descubre pues puede hacer lo que quiera con la info
anonimo123456789@hotmail.com dice:
cuenteme mire que yo no digo nada
anonimo123456789@hotmail.com dice:
si?
alejandro dice:
mmm ya sabe tiene hasta el viernes
alejandro dice:
le dare pistas
alejandro dice:
pero no se lo dire
anonimo123456789@hotmail.com dice:
esta bienn
la pista
alejandro dice:
mmm no se
alejandro dice:
es bonita
alejandro dice:
jajajajja es la pista de hoy
anonimo123456789@hotmail.com dice:
me jodi
alejandro dice:
y sus ojos ahhh sus ojos
alejandro dice:
y nunca dije que fueran de un color en especifico
alejandro dice:
son hermosos
anonimo123456789@hotmail.com dice:
gabi 8a y vale
alejandro dice:
y porque cuando uno dice ojos hermosos tienen que ser claros?
anonimo123456789@hotmail.com dice:
listo lo descubri
alejandro dice:
haber
anonimo123456789@hotmail.com dice:
"haber"
practiquemos como decir las cosas
alejandro dice:
aver
alejandro dice:
como se diga
anonimo123456789@hotmail.com dice:
"haber" es de verbo hay
se deberia decir !a ver!
alejandro dice:
bueno como sea solo digame si ya lo descubrip
anonimo123456789@hotmail.com dice:
no se
alejandro dice:
a ver
alejandro dice:
digame profesor super o
anonimo123456789@hotmail.com dice:
digame parce
jajajaja
ahora si
quieto
-Hemos bajado los indices de ignorancia un poquito profesor-
gracias sevichica
alejandro dice:
ajjajajjajaja pero se lo ve
bueno como se
sea
mmm decime
no decidme
quien es
anonimo123456789@hotmail.com dice:
Anda conmigo?
alejandro dice:
tiene una personalidad ....un tanto dificil de comprender enseguida
no lo creo sabra usted con quien anda
anonimo123456789@hotmail.com dice:
estefania
alejandro dice:
mmm puede ser
alejandro dice:
pero no si me gustara no daria tantos rodeos
anonimo123456789@hotmail.com dice:
natalia??
alejandro dice:
si me gustara empesaria joderla y le diria que dejara tanta pereza
anonimo123456789@hotmail.com dice:
jajajaja
fallon?
alejandro dice:
ufff si pero no me meto con mujeres comprometidas
jajajjajaja
no
anonimo123456789@hotmail.com dice:
gabi cp
?
???
alejandro dice:
ella es re bonita pero una vez me dijo, nunca me juntaria con un bobo como tu, o otra vez quiero apuntar mas alto
anonimo123456789@hotmail.com dice:
Gabi 8a
?
alejandro dice:
seria bonito pero como arriesgarse a romperse el corazon tan rapido, es estrellarse con una pared que ya conoces
anonimo123456789@hotmail.com dice:
wow!
alejandro dice:
digame mas
anonimo123456789@hotmail.com dice:
Vale?
alejandro dice:
mmm despues de dos tropezones creo que ya se que ahi hay un abismo
anonimo123456789@hotmail.com dice:
jajajaja
no se quien mas
digame
alejandro dice:
falta gente ufff
anonimo123456789@hotmail.com dice:
pero es de 8A?
alejandro dice:
sipiriri
creria que si el mundo no se pone al reves a si es
anonimo123456789@hotmail.com dice:
estefania?
alejandro dice:
ya se la dije
y por ser bonita no tiene que gustarle a todo el mundo
anonimo123456789@hotmail.com dice:
perdon es que no se quien mas serio parce digame
alejandro dice:
le quedan cuatro dias enteros para averiguarlo adios.

CARTA PARA LOS RETIROS DE MI HERMANA

Hola Lina:

Espero que estes disfrutando tus retiros y que los vivas y sientas como lo hize yo hace ya cuatro, cinco años atrás.

Pero quiero que esta carta no se base tan solo en un sencillo te quiero bueno chao, porque la verdad no quiero que sea asi.

Quiero que tu y yo mejoremos nuestras relaciones y no solo por esta carta y no solo por el lapso que durara el tiempo que dures reflexionando sobre tus malos actos, tu fe en dios .e.t.c.

Quiero pedirte que seas feliz, que seamos hermanos como siempre lo hemos sido, que demuestres cada dia que si puedes hacer las cosas, que vivas la vida y que la disfrutes, que en cada error que cometas levantes tu cabeza, que seques tus lagrimas de sal, que sonrias, que defiendas tus posiciones y que nos amemos.

Quisiera poder darte consejos, pedirte cosas, pero eso lo puedo hacer después en un dia cualquiera, quiero que disfrutes de verdad lo que en unos dias recibiras, que entres a ser parte de esta comunidad catolica y que sientas y reflexiones cada dia de tu vida.

Hoy, en esta carta quisiera decirte porque fue que pedi una hermana, porque repentinamente me dieron ganas de tener una hermana.


Fue masomenos hace unos nueve años, en un frio marzo cuando aún viviamos en quinta paredes, yo era un niño demasiado feliz en ese entonces (no digo que no lo sea ahora, pero el estudio y esas cosas te van reprimiendo los sentimientos), tenia un grupo de amigos de los que hoy tristemente puedo acordarme, pero fue un grupo grande de niños que nos reuniamos para jugar por el edificio, molestar al portero, meternos en alguna casa de alguno de nosotros, hacer cosas que hoy en dia solo se ven en las peliculas.

Llego el frio y agotador marzo, ese desgraciado dia en que las cosas siempre empeoran, cuando todos ya empiezan a crecer y los grupos y los amigos ya no sirven, en ese entonces estudiaba en nueva alejandria, mis amigos del colegio contaban siempre cosas que habian vivido con sus hermanos, aquella palabra siempre se me hizo un ´poco extraña, después se volvio normal y bueno pero eso viene después.

- mi hermano siempre juega conmigo haci le pegue en sus partes-dijo manolo señalando la entrepierna-despues de todo no se puede ir de la casa, todavía-aclaro mientras miraba mi cara confundida.-pero bah dejemos de hablar de mi hermano, mas bien pongámonos a pensar como atraparemos los cucarrones este año.

Me dedique a pensar en esa palabra durante meses, pero bueno al fin llegue al punto de dejar eso atrás y recordar siempre lo que me decia manolo como un indicativo.

Fue en marzo cuando todos empezamos a pelear, cuando ni julian, ni Alejandra, ni nadie, querian jugar conmigo, ni con nadie, nos habiamos peleado y no habia encontrado razon alguna para aquel estupido comportamiento, triste me devolvi a mi apartamento a encerrarme en mi habitación, para pensar las cosas con un poco mas de calma, las palabras de manolo me vinieron casi derepente a la cabeza, tan solo para recordar que podia tener a un hermano, pense que era mejor un hermano porque asi tendria a un hombre que me entendiera y jugara los mismos juegos que yo.

El domingo del primer mes me acerque a la cocina, mi mama cocinaba algo de lo cual no tenia memoria, de seguro seria uno de esos experimentos (cosas ricas que hoy comemos) que le gustaba hacer.

- mami, de donde vienen los bebes?- pregunted con ingenuidad-mi mama sin darse vuelta mirando denuevo la olla en la que preparaba la comida respondio.
- Mmm….mira los bebes vienen como por arte de magia, se meten en la barriga de las mamas y empiezan a crecer hasta cuando ya son grandes y deciden salir a conocer el mundo.-la mire un rato en silencio mientras encontraba la manera apropiada para formular la pregunta.
- Mami puedo tener un hermanito?- mi mama seguia sin voltearse habia hecho la pregunta porque después de todo no me parecia una tarea demasiado difícil.
- Claro, pero tenemos que hablar con tu papa.

Fueron largas noches las que llevaron a convencer a mi papa de tenerte, pero no fue difícil despuse de un rato, preguntarle a mi mama que como iba lo del bebe.

Pero el bebe que venia en camino, ocaciono primero muchas peleas, mi papa todos los dias llegaba un poco mas tarde de lo natural, los sabados ya casi no lo veia y pronto me reconcilie con mis amigos del conjunto.

- mama ya no quiero mi hermano-mi mama se dio vuelta y me miro con cara de cordero degollado.
- No, ya los hermanos no se pueden devolver.
- Ok, igual jugare con el cuando este aburrido.
- Lo que tu digas.

Di por terminada la conversación, corri a mi cuarto y luego me surgio otra pregunta.

- y cuanto tardara en nacer el bebe?- hubo un momento de silencio, me dedicaba ya a formular denuevo la pregunta cuando mi mama respondio.
- Nueve meses
- Y eso cuanto es?
- Muchos dias.

El domingo recibi la noticia de que mi papa lo habian asendido en el trabajo y de que muy pronto podriamos cambiarnos de casa, pero que eso seria como en unos 12 meses, formule la pregunta o la afirmación de que el bebe llegaria antes, mi papa afirmo, pero que no habria problema, que si nacia antes dormiria en la habitación con ellos, me senti celoso porque yo no podia dormir con ellos, menos entre semana.

Fue un viernes cuando mi mama me saco del colegio temprano, me despedi de manolo y corri detrás de mi mama a coger un taxi, anduvimos metidos en el taxi, como ocho horas(para mi), con el conductor chuchoso y todo eso, finalmente llegamos enfrente de un edificio gris, a mi mama le hizieropn quitarse una camisa y le pusieron una gel que según ella estaba muy fria, luego un aparato que “ era una camara” para ver bebes, descubri tristemente que lo que venia en camino no era un hermano sino una hermana.

Me senti triste porque deverdad esperaba un hermano pero dava igual, tendria alguien que me hiziera compañía, (el video siquieres puedes verlo cuando llegues a la casa), te contare el resto de la historia cuando regreses, si quieres claro esta.

Bueno, creo que este es el final,
Chao Lina
Te quiere
Alejandro, tu hermano.

LAS ESTACIONES DEL AMOR

Me gustaría quedarme viejo para que nunca deje de quererte, me gustaría quererte, me gustaría quedarme en la orilla del mar para distraerme con el sonido de las olas al chocar con la orilla pálidamente iluminada por los tibios rayos del sol, amanecer matutino de la noche en penumbra, con los ruidos del viento silencioso.

El bosque en llamas huye seco al pensar en los diferentes momentos en los que la lluvia sonriente derramaba sobre sus verdes hojas marchitas del intrépido lumbral.

Y fue solo la noche de Agosto, cuando el sol salio mil veces, la nieve se volvió negra y el cielo pálido enrojeció derrepente, cuando los árboles dieron frutos blancos y la luna huyó.

Fueron dos lunas de un sol opaco, dos veranos de un invierno, pero ninguno tan solemne, fue la mañana de septiembre cuando el viento dejo de soplar, y las fantasias se hicieron realidad.

Deje de pensar en tu recuerdo, para concentrarme en mi olvido, para vivir el presente sin medir el futuro sintiendo el pasado tan cerca de mi y corriendo de la muerte que se muere por dar fin a este horrible relato de un pobre tonto infeliz que en el último copo cálido de nieve, dio su ultimo lamento.

Sara Bareilles - Love Song

Shakira Ft. Lil Wayne and Timbaland- Give It Up To Me (official music vi...

shakira inevitable mtv unplugged (dvd hq)

la oreja de van go geografía

poemas cortos de amor

PABLO NERUDA

Poema 1


Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.




Poemas de Pablo Neruda


Poemas del Alma

JUAN DARIÉN

Juan Darién
[Cuento. Texto completo]
Horacio Quiroga
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/darien.htm

Aquí se cuenta la historia de un tigre que se crió y educó entre los hombres, y que se llamaba Juan Darién. Asistió cuatro años a la escuela vestido de pantalón y camisa, y dio sus lecciones correctamente, aunque era un tigre de las selvas; pero esto se debe a que su figura era de hombre, conforme se narra en las siguientes líneas.

Una vez, a principio de otoño, la viruela visitó un pueblo de un país lejano y mató a muchas personas. Los hermanos perdieron a sus hermanitas, y las criaturas que comenzaban a caminar quedaron sin padre ni madre. Las madres perdieron a su vez a sus hijos, y una pobre mujer joven y viuda llevó ella misma a enterrar a su hijito, lo único que tenía en este mundo. Cuando volvió a su casa, se quedó sentada pensando en su chiquillo. Y murmuraba:

-Dios debía haber tenido más compasión de mí, y me ha llevado a mi hijo. En el cielo podrá haber ángeles, pero mi hijo no los conoce. Y a quien él conoce bien es a mí, ¡pobre hijo mío!

Y miraba a lo lejos, pues estaba sentada en el fondo de su casa, frente a un portoncito donde se veía la selva.

Ahora bien; en la selva había muchos animales feroces que rugían al caer la noche y al amanecer. Y la pobre mujer, que continuaba sentada, alcanzó a ver en la oscuridad una cosa chiquita y vacilante que entraba por la puerta, como un gatito que apenas tuviera fuerzas para caminar. La mujer se agachó y levantó en las manos un tigrecito de pocos días, pues aún tenía los ojos cerrados. Y cuando el mísero cachorro sintió el contacto de las manos, runruneó de contento, porque ya no estaba solo. La madre tuvo largo rato suspendido en el aire aquel pequeño enemigo de los hombres, a aquella fiera indefensa que tan fácil le hubiera sido exterminar. Pero quedó pensativa ante el desvalido cachorro que venía quién sabe de dónde y cuya madre con seguridad había muerto. Sin pensar bien en lo que hacía llevó al cachorrito a su seno y lo rodeó con sus grandes manos. Y el tigrecito, al sentir el calor del pecho, buscó postura cómoda, runruneó tranquilo y se durmió con la garganta adherida al seno maternal.

La mujer, pensativa siempre, entró en la casa. Y en el resto de la noche, al oír los gemidos de hambre del cachorrito, y al ver cómo buscaba su seno con los ojos cerrados, sintió en su corazón herido que, ante la suprema ley del Universo, una vida equivale a otra vida.

Y dio de mamar al tigrecito.

El cachorro estaba salvado, y la madre había hallado un inmenso consuelo. Tan grande su consuelo, que vio con terror el momento en que aquél le sería arrebatado, porque si se llegaba a saber en el pueblo que ella amamantaba a un ser salvaje, matarían con seguridad a la pequeña fiera. ¿Qué hacer? El cachorro, suave y cariñoso -pues jugaba con ella sobre su pecho- era ahora su propio hijo.

En estas circunstancias, un hombre que una noche de lluvia pasaba corriendo ante la casa de la mujer, oyó un gemido áspero -el ronco gemido de las fieras que, aún recién nacidas, sobresaltan al ser humano-. El hombre se detuvo bruscamente, y mientras buscaba a tientas el revólver, golpeó la puerta. La madre, que había oído los pasos, corrió loca de angustia a ocultar el tigrecito en el jardín. Pero su buena suerte quiso que al abrir la puerta del fondo se hallara ante una mansa, vieja y sabia serpiente que le cerraba el paso. La desgraciada mujer iba a gritar de terror, cuando la serpiente habló así:

-Nada temas, mujer -le dijo-. Tu corazón de madre te ha permitido salvar una vida del Universo, donde todas las vidas tienen el mismo valor. Pero los hombres no te comprenderán, y querrán matar a tu nuevo hijo. Nada temas, ve tranquila. Desde este momento tu hijo tiene forma humana; nunca lo reconocerán. Forma su corazón, enséñale a ser bueno como tú, y él no sabrá jamás que no es hombre. A menos... a menos que una madre de entre los hombres lo acuse; a menos que una madre no le exija que devuelva con su sangre lo que tú has dado por él, tu hijo será siempre digno de tí. Ve tranquila, madre, y apresúrate, que el hombre va a echar la puerta abajo.

Y la madre creyó a la serpiente, porque en todas las religiones de los hombres la serpiente conoce el misterio de las vidas que pueblan los mundos. Fue, pues, corriendo a abrir la puerta, y el hombre, furioso, entró con el revólver en la mano y buscó por todas partes sin hallar nada. Cuando salió, la mujer abrió, temblando, el rebozo bajo el cual ocultaba al tigrecito sobre su seno, y en su lugar vio a un niño que dormía tranquilo. Traspasada de dicha, lloró largo rato en silencio sobre su salvaje hijo hecho hombre; lágrimas de gratitud que doce años más tarde ese mismo hijo debía pagar con sangre sobre su tumba.

Pasó el tiempo. El nuevo niño necesitaba un nombre: se le puso Juan Darién. Necesitaba alimentos, ropa, calzado: se le dotó de todo, para lo cual la madre trabajaba día y noche. Ella era aún muy joven, y podría haberse vuelto a casar, si hubiera querido; pero le bastaba el amor entrañable de su hijo, amor que ella devolvía con todo su corazón.

Juan Darién era, efectivamente, digno de ser querido: noble, bueno y generoso como nadie. Por su madre, en particular, tenía una veneración profunda. No mentía jamás. ¿Acaso por ser un ser salvaje en el fondo de su naturaleza? Es posible; pues no se sabe aún qué influencia puede tener en un animal recién nacido la pureza de un alma bebida con la leche en el seno de una santa mujer.

Tal era Juan Darién. E iba a la escuela con los chicos de su edad, los que se burlaban a menudo de él, a causa de su pelo áspero y su timidez. Juan Darién no era muy inteligente; pero compensaba esto con su gran amor al estudio.

Así las cosas, cuando la criatura iba a cumplir diez años, su madre murió. Juan Darién sufrió lo que no es decible, hasta que el tiempo apaciguó su pena. Pero fue en adelante un muchacho triste, que sólo deseaba instruirse.

Algo debemos confesar ahora: a Juan Darién no se le amaba en el pueblo. La gente de los pueblos encerrados en la selva no gustan de los muchachos demasiado generosos y que estudian con toda el alma. Era, además, el primer alumno de la escuela. Y este conjunto precipitó el desenlace con un acontecimiento que dio razón a la profecía de la serpiente.

Aprontábase el pueblo a celebrar una gran fiesta, y de la ciudad distante habían mandado fuegos artificiales. En la escuela se dio un repaso general a los chicos, pues un inspector debía venir a observar las clases. Cuando el inspector llegó, el maestro hizo dar la lección al primero de todos: a Juan Darién. Juan Darién era el alumno más aventajado; pero con la emoción del caso, tartamudeó y la lengua se le trabó con un sonido extraño. El inspector observó al alumno un largo rato, y habló en seguida en voz baja con el maestro.

-¿Quién es ese muchacho? -le preguntó-. ¿De dónde ha salido?

-Se llama Juan Darién -respondió el maestro- y lo crió una mujer que ya ha muerto; pero nadie sabe de dónde ha venido.

-Es extraño, muy extraño... -murmuró el inspector, observando el pelo áspero y el reflejo verdoso que tenían los ojos de Juan Darién cuando estaba en la sombra.

El inspector sabía que en el mundo hay cosas mucho más extrañas que las que nadie puede inventar, y sabía al mismo tiempo que con preguntas a Juan Darién nunca podría averiguar si el alumno había sido antes lo que él temía: esto es, un animal salvaje. Pero así como hay hombres que en estados especiales recuerdan cosas que les han pasado a sus abuelos, así era también posible que, bajo una sugestión hipnótica, Juan Darién recordara su vida de bestia salvaje. Y los chicos que lean esto y no sepan de qué se habla, pueden preguntarlo a las personas grandes.

Por lo cual el inspector subió a la tarima y habló así:

-Bien, niño. Deseo ahora que uno de ustedes nos describa la selva. Ustedes se han criado casi en ella y la conocen bien. ¿Cómo es la selva? ¿Qué pasa en ella? Esto es lo que quiero saber. Vamos a ver, tú -añadió dirigiéndose a un alumno cualquiera-. Sube a la tarima y cuéntanos lo que hayas visto.

El chico subió, y aunque estaba asustado, habló un rato. Dijo que en el bosque hay árboles gigantes, enredaderas y florecillas. Cuando concluyó, pasó otro chico a la tarima, después otro. Y aunque todos conocían bien la selva, respondieron lo mismo, porque los chicos y muchos hombres no cuentan lo que ven, sino lo que han leído sobre lo mismo que acaban de ver. Y al fin el inspector dijo:

-Ahora le toca al alumno Juan Darién.

Juan Darién subió a la tarima, se sentó y dijo más o menos lo que los otros. Pero el inspector, poniéndole la mano sobre el hombro, exclamó:

-No, no. Quiero que tú recuerdes bien lo que has visto. Cierra los ojos.

Juan Darién cerró los ojos.

-Bien -prosiguió el inspector-. Dime lo que ves en la selva.

Juan Darién, siempre con los ojos cerrados, demoró un instante en contestar.

-No veo nada -dijo al fin.

-Pronto vas a ver. Figurémonos que son las tres de la mañana, poco antes del amanecer. Hemos concluido de comer, por ejemplo... estamos en la selva, en la oscuridad... Delante de nosotros hay un arroyo... ¿Qué ves?

Juan Darién pasó otro momento en silencio. Y en la clase y en el bosque próximo había también un gran silencio. De pronto Juan Darién se estremeció, y con voz lenta, como si soñara, dijo:

-Veo las piedras que pasan y las ramas que se doblan. .. Y el suelo. .. Y veo las hojas secas que se quedan aplastadas sobre las piedras...

-¡Un momento! -le interrumpió el inspector-. Las piedras y las hojas que pasan: ¿a qué altura las ves?

El inspector preguntaba esto porque si Juan Darién estaba "viendo" efectivamente lo que él hacía en la selva cuando era animal salvaje e iba a beber después de haber comido, vería también que las piedras que encuentra un tigre o una pantera que se acercan muy agachados al río pasan a la altura de los ojos. Y repitió:

-¿A qué altura ves las piedras?

Y Juan Darién, siempre con los ojos cerrados, respondió:

-Pasan sobre el suelo. . . Rozan las orejas. . . Y las hojas sueltas se mueven con el aliento... Y siento la humedad del barro en...

La voz de Juan Darién se cortó.

-¿En dónde? -preguntó con voz firme el inspector- ¿Dónde sientes la humedad del agua?

-¡En los bigotes!-dijo con voz ronca Juan Darién, abriendo los ojos espantado.

Comenzaba el crepúsculo, y por la ventana se veía cerca la selva ya lóbrega. Los alumnos no comprendieron lo terrible de aquella evocación; pero tampoco se rieron de esos extraordinarios bigotes de Juan Darién, que no tenía bigote alguno. Y no se rieron, porque el rostro de la criatura estaba pálido y ansioso.

La clase había concluido. El inspector no era un mal hombre; pero, como todos los hombres que viven muy cerca de la selva, odiaba ciegamente a los tigres; por lo cual dijo en voz baja al maestro:

-Es preciso matar a Juan Darién. Es una fiera del bosque, posiblemente un tigre. Debemos matarlo, porque si no, él, tarde o temprano, nos matará a todos. Hasta ahora su maldad de fiera no ha despertado; pero explotará un día u otro, y entonces nos devorará a todos, puesto que le permitimos vivir con nosotros. Debemos, pues, matarlo. La dificultad está en que no podemos hacerlo mientras tenga forma humana, porque no podremos probar ante todos que es un tigre. Parece un hombre, y con los hombres hay que proceder con cuidado. Yo sé que en la ciudad hay un domador de fieras. Llamémoslo, y él hallará modo de que Juan Darién vuelva a su cuerpo de tigre. Y aunque no pueda convertirlo en tigre, las gentes nos creerán y podremos echarlo a la selva. Llamemos en seguida al domador, antes que Juan Darién se escape.

Pero Juan Darién pensaba en todo, menos en escaparse, porque no se daba cuenta de nada. ¿Cómo podía creer que él no era hombre, cuando jamás había sentido otra cosa que amor a todos, y ni siquiera tenía odio a los animales dañinos?

Mas las voces fueron corriendo de boca en boca, y Juan Darién comenzó a sufrir sus efectos. No le respondían una palabra, se apartaban vivamente a su paso, y lo seguían desde lejos de noche.

-¿Qué tendré? ¿Por qué son así conmigo? -se preguntaba Juan Darién.

Y ya no solamente huían de él, sino que los muchachos le gritaban:

-¡Fuera de aquí! ¡Vuélvete donde has venido! ¡Fuera!

Los grandes también, las personas mayores, no estaban menos enfurecidas que los muchachos. Quién sabe qué llega a pasar si la misma tarde de la fiesta no hubiera llegado por fin el ansiado domador de fieras. Juan Darién estaba en su casa preparándose la pobre sopa que tomaba, cuando oyó la gritería de las gentes que avanzaban precipitadas hacia su casa. Apenas tuvo tiempo de salir a ver qué era: Se apoderaron de él, arrastrándolo hasta la casa del domador.

-¡Aquí está! -gritaban, sacudiéndolo- ¡Es éste! ¡Es un tigre! ¡No queremos saber nada con tigres! ¡Quítele su figura de hombre y lo mataremos!

Y los muchachos, sus condiscípulos a quienes más quería, y las mismas personas viejas, gritaban:

-¡Es un tigre! ¡Juan Darién nos va a devorar! ¡Muera Juan Darién!

Juan Darién protestaba y lloraba porque los golpes llovían sobre él, y era una criatura de doce años. Pero en ese momento la gente se apartó, y el domador, con grandes botas de charol, levita roja y un látigo en la mano, surgió ante Juan Darién. E1 domador lo miró fijamente, y apretó con fuerza el puño del látigo.

-¡Ah! -exclamó-. ¡Te reconozco bien! ¡A todos puedes engañar, menos a mí! ¡Te estoy viendo, hijo de tigres! ¡Bajo tu camisa estoy viendo las rayas del tigre! ¡Fuera la camisa, y traigan los perros cazadores! ¡Veremos ahora si los perros te reconocen como hombre o como tigre!

En un segundo arrancaron toda la ropa a Juan Darién y lo arrojaron dentro de la jaula para fieras.

-¡Suelten los perros, pronto! -gritó el domador-. ¡Y encomiéndate a los dioses de tu selva, Juan Darién!

Y cuatro feroces perros cazadores de tigres fueron lanzados dentro de la jaula.

El domador hizo esto porque los perros reconocen siempre el olor del tigre; y en cuanto olfatearan a Juan Darién sin ropa, lo harían pedazos, pues podrían ver con sus ojos de perros cazadores las rayas de tigre ocultas bajo la piel de hombre.

Pero los perros no vieron otra cosa en Juan Darién que el muchacho bueno que quería hasta a los mismos animales dañinos. Y movían apacibles la cola al olerlo

-¡Devóralo! ¡Es un tigre! ¡Toca! ¡Toca! -gritaban a los perros-. Y los perros ladraban y saltaban enloquecidos por la jaula, sin saber a qué atacar.

La prueba no había dado resultado.

-¡Muy bien! -exclamó entonces el domador-. Estos son perros bastardos, de casta de tigre. No le reconocen. Pero yo te reconozco, Juan Darién, y ahora nos vamos a ver nosotros.

Y así diciendo entró él en la jaula y levantó el látigo.

-¡Tigre! -gritó-. ¡Estás ante un hombre, y tú eres un tigre! ¡Allí estoy viendo, bajo tu piel robada de hombre, las rayas de tigre! ¡Muestra las rayas!

Y cruzó el cuerpo de Juan Darién de un feroz latigazo. La pobre criatura desnuda lanzó un alarido de dolor, mientras las gentes, enfurecidas, repetían.

-¡Muestra las rayas de tigre!

Durante un rato prosiguió el atroz suplicio; y no deseo que los niños que me oyen vean martirizar de este modo a ser alguno.

-¡Por favor! ¡Me muero! -clamaba Juan Darién.

-¡Muestra las rayas! -le respondían.

Por fin el suplicio concluyó. En el fondo de la jaula, arrinconado, aniquilado en un rincón, sólo quedaba su cuerpecito sangriento de niño, que había sido Juan Darién. Vivía aún, y aún podía caminar cuando se le sacó de allí; pero lleno de tales sufrimientos como nadie los sentirá nunca.

Lo sacaron de la jaula, y empujándolo por el medio de la calle, lo echaban del pueblo. Iba cayéndose a cada momento, y detrás de él iban los muchachos, las mujeres y los hombres maduros, empujándolo.

-¡Fuera de aquí, Juan Darién! ¡Vuélvete a la selva, hijo de tigre y corazón de tigre! ¡Fuera, Juan Darién!

Y los que estaban lejos y no podían pegarle, le tiraban piedras.

Juan Darién cayó del todo, por fin, tendiendo en busca de apoyo sus pobres manos de niño. Y su cruel destino quiso que una mujer, que estaba parada a la puerta de su casa sosteniendo en los brazos a una inocente criatura, interpretara mal ese ademán de súplica.

-¡Me ha querido robar a mi hijo! -gritó la mujer-. ¡Ha tendido las manos para matarlo! ¡Es un tigre! ¡Matémosle en seguida, antes que él mate a nuestros hijos!

Así dijo la mujer. Y de este modo se cumplía la profecía de la serpiente: Juan Darién moriría cuando una madre de los hombres le exigiera la vida y el corazón de hombre que otra madre le había dado con su pecho.

No era necesaria otra acusación para decidir a las gentes enfurecidas. Y veinte brazos con piedras en la mano se levantaban ya para aplastar a Juan Darién cuando el domador ordenó desde atrás con voz ronca:

-¡Marquémoslo con rayas de fuego! ¡Quemémoslo en los fuegos artificiales!

Ya comenzaba a oscurecer, y cuando llegaron a la plaza era noche cerrada. En la plaza habían levantado un castillo de fuegos de artificio, con ruedas, coronas y luces de bengala. Ataron en lo alto del centro a Juan Darién, y prendieron la mecha desde un extremo. El hilo de fuego corrió velozmente subiendo y bajando, y encendió el castillo entero. Y entre las estrellas fijas y las ruedas gigantes de todos colores, se vio allá arriba a Juan Darién sacrificado.

-¡Es tu último día de hombre, Juan Darién! -clamaban todos-. ¡Muestra las rayas!

-¡Perdón, perdón! -gritaba la criatura, retorciéndose entre las chispas y las nubes de humo. Las ruedas amarillas, rojas y verdes giraban vertiginosamente, unas a la derecha y otras a la izquierda. Los chorros de fuego tangente trazaban grandes circunferencias; y en el medio, quemado por los regueros de chispas que le cruzaban el cuerpo, se retorcía Juan Darién.

-¡Muestra las rayas! -rugían aún de abajo.

-¡No, perdón! ¡Yo soy hombre! -tuvo aún tiempo de clamar la infeliz criatura. Y tras un nuevo surco de fuego, se pudo ver que su cuerpo se sacudía convulsivamente; que sus gemidos adquirían un timbre profundo y ronco; y que su cuerpo cambiaba poco a poco de forma. Y la muchedumbre, con un grito salvaje de triunfo, pudo ver surgir por fin, bajo la piel del hombre, las rayas negras, paralelas y fatales del tigre.

La atroz obra de crueldad se había cumplido; habían conseguido lo que querían. En vez de la criatura inocente de toda culpa, allá arriba no había sino un cuerpo de tigre que agonizaba rugiendo.

Las luces de bengala se iban también apagando. Un último chorro de chispas con que moría una rueda alcanzó la soga atada a las muñecas (no: a las patas del tigre, pues Juan Darién había concluido), y el cuerpo cayó pesadamente al suelo. Las gentes lo arrastraron hasta la linde del bosque, abandonándolo allí para que los chacales devoraran su cadáver y su corazón de fiera.

Pero el tigre no había muerto. Con la frescura nocturna volvió en sí, y arrastrándose presa de horribles tormentos se internó en la selva. Durante un mes entero no abandonó su guarida en lo más tupido del bosque, esperando con sombría paciencia de fiera que sus heridas curaran. Todas cicatrizaron por fin, menos una, una profunda quemadura en el costado, que no cerraba, y que el tigre vendó con grandes hojas.

Porque había conservado de su forma recién perdida tres cosas: el recuerdo vivo del pasado, la habilidad de sus manos, que manejaba como un hombre, y el lenguaje. Pero en el resto, absolutamente en todo, era una fiera, que no se distinguía en lo más mínimo de los otros tigres.

Cuando se sintió por fin curado, pasó la voz a los demás tigres de la selva para que esa misma noche se reunieran delante del gran cañaveral que lindaba con los cultivos. Y al entrar la noche se encaminó silenciosamente al pueblo. Trepó a un árbol de los alrededores y esperó largo tiempo inmóvil. Vio pasar bajo él sin inquietarse a mirar siquiera, pobres mujeres y labradores fatigados, de aspecto miserable; hasta que al fin vio avanzar por el camino a un hombre de grandes botas y levita roja.

El tigre no movió una sola ramita al recogerse para saltar. Saltó sobre el domador; de una manotada lo derribó desmayado, y cogiéndolo entre los dientes por la cintura, lo llevó sin hacerle daño hasta el juncal.

Allí, al pie de las inmensas cañas que se alzaban invisibles, estaban los tigres de la selva moviéndose en la oscuridad, y sus ojos brillaban como luces que van de un lado para otro. El hombre proseguía desmayado. El tigre dijo entonces:

-Hermanos: Yo viví doce años entre los hombres, como un hombre mismo. Y yo soy un tigre. Tal vez pueda con mi proceder borrar más tarde esta mancha. Hermanos: esta noche rompo el último lazo que me liga al pasado.

Y después de hablar así, recogió en la boca al hombre, que proseguía desmayado, y trepó con él a lo más alto del cañaveral, donde lo dejó atado entre dos bambúes. Luego prendió fuego a las hojas secas del suelo, y pronto una llamarada crujiente ascendió. Los tigres retrocedían espantados ante el fuego. Pero el tigre les dijo: "¡Paz, hermanos!", y aquéllos se apaciguaron, sentándose de vientre con las patas cruzadas a mirar.

El juncal ardía como un inmenso castillo de artificio. Las cañas estallaban como bombas, y sus gases se cruzaban en agudas flechas de color. Las llamaradas ascendían en bruscas y sordas bocanadas, dejando bajo ella lívidos huecos; y en la cúspide, donde aún no llegaba el fuego, las cañas se balanceaban crispadas por el calor.

Pero el hombre, tocado por las llamas, había vuelto en sí. Vio allá abajo a los tigres con los ojos cárdenos alzados a él, y lo comprendió todo.

-¡Perdón, perdóname! -aulló retorciéndose-. ¡Pido perdón por todo!

Nadie contestó. El hombre se sintió entonces abandonado de Dios, y gritó con toda su alma:

-¡Perdón, Juan Darién!

Al oír esto, Juan Darién alzó la cabeza y dijo fríamente:

-Aquí no hay nadie que se llame Juan Darién. No conozco a Juan Darién. Éste es un nombre de hombre, y aquí somos todos tigres.

Y volviéndose a sus compañeros, como si no comprendiera, preguntó:

-¿Alguno de ustedes se llama Juan Darién?

Pero ya las llamas habían abrasado el castillo hasta el cielo. Y entre las agudas luces de bengala que entrecruzaban la pared ardiente, se pudo ver allá arriba un cuerpo negro que se quemaba humeando.

-Ya estoy pronto, hermanos-dijo el tigre-. Pero aún me queda algo por hacer.

Y se encaminó de nuevo al pueblo, seguido por los tigres sin que él lo notara. Se detuvo ante un pobre y triste jardín, saltó la pared, y pasando al costado de muchas cruces y lápidas, fue a detenerse ante un pedazo de tierra sin ningún adorno, donde estaba enterrada la mujer a quien había llamado madre ocho años. Se arrodilló -se arrodilló como un hombre-, y durante un rato no se oyó nada.

-¡Madre! -murmuró por fin el tigre con profunda ternura-. Tú sola supiste, entre todos los hombres, los sagrados derechos a la vida de todos los seres del Universo. Tú sola comprendiste que el hombre y el tigre se diferencian únicamente por el corazón. Y tú me enseñaste a amar, a comprender, a perdonar. ¡Madre!, estoy seguro de que me oyes. Soy tu hijo siempre, a pesar de lo que pase en adelante pero de ti sólo. ¡Adiós, madre mía!

Y viendo al incorporarse los ojos cárdenos de sus hermanos que lo observaban tras la tapia, se unió otra vez a ellos.

El viento cálido les trajo en ese momento, desde el fondo de la noche, el estampido de un tiro.

-Es en la selva -dijo el tigre-. Son los hombres. Están cazando, matando, degollando.

Volviéndose entonces hacia el pueblo que iluminaba el reflejo de la selva encendida, exclamó:

-¡Raza sin redención! ¡Ahora me toca a mí!

Y retornando a la tumba en que acaba de orar, arrancóse de un manotón la venda de la herida y escribió en la cruz con su propia sangre, en grandes caracteres, debajo del nombre de su madre:

Y
JUAN DARIÉN

-Ya estamos en paz -dijo. Y enviando con sus hermanos un rugido de desafío al pueblo aterrado, concluyó:

-Ahora, a la selva. ¡Y tigre para siempre!



http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/darien.htm

DEMONIO( SIN SENSURA)

PORFAVOR SI LES PRODUCE TERROR UNA MALA PALABRA PORFAVOR PASENA OTRO CUENTO.


Deverias pudrirte en el infierno puta desgraciada, deverias morir entre rosas marchitas, deverias clavarte un monton de espinas y agujas para que la sangre brote por tu lujurioso cuerpo.

Eres tan poca cosa demonio, eres tan obseno, eres tu el unico mal que me atormenta, largate de mi casa y dejame ser libre, dejame vivir la vida llena de momentos que no e disfrutado.

Odio cada uno de tus tristes, mediocres y lastimeros lamentos que salen de tu boca de perra, esa boca inutil que hoy deveria quemarse entre las mil llamas del demonio que te a mandado a destruir mi vida.

pero el triste y frio recuerdo de la lujuria, del placer de un a noche iluminada, que broto de tus labios mas de diesmil cucarachas, para volverte serpiente.

te desprecio demonio de mil putas, te aborresco recuerdo ingenuo, te extrañare la siguiente noche cuando me agas falta, pero borrare tu recuerdo entre un millon de olvidos vivos.

MI MAMÁ ME ODIA

solo prefiero undirme de una vez por todas en esta inmensa amargura, prefiero olvidar que me quieres y eres mi madre, prefiero no llorar por un error tuyo, prefiero morir hoy a tus pies para que se conmueva tu conciencia.

madre, si te soy sincero, solo hoy quisiera olvidarme de ti, quisiera porfin perder tu recuerdo entre las nubes, y no me grites al decirte la verdad, no me grites al enfrentarme a tu presencia.

la habitacion silenciosa que hoy me resguarda de tu vil demonio, la habitacion que hoy encierra mi silencio y mis pensamientos, alejandolos de ti.

quememos las malas intenciones, las malas palabras y todo lo demas, solo para vivir este dia y el dia siguiente normal.