¿Acaso no te das cuenta de que eres tu mi sueño? Que no quiero despertar de ellos, el único lugar donde te tengo. Eres la ilusión que me levanta cada mañana, esperando que sea un nuevo día donde te fijes en mi; eres el motor de mi vida, por el que intento lograr mis sueños, tan solo para colocar una sonrisa en tu rostro y verte feliz.
Sé que soy avara al desearte, es querer un imposible, pero yo vivo de ello, de querer algo fuera de lo posible, de lograr…de poder enamorar algo tan puro, intachable y de la misma manera inalcanzable. Te amo y te amare, porque simplemente te has convertido en mi ser la fuerza de mi corazón para latir, la razón de cada día para vivir, la guía para ser feliz…
DUDAS SOBRE NOSOTROS....
Me queda una duda, ¿Existo para ti? Tal vez no, quizás sea solo una sombra, uno mas en la multitud, uno mas dentro y fuera de tu FACE, uno de esos tantos que te ve y se derrite, uno de esos que no te sostiene mucho la mirada.
Tengo otra duda, ¿Me amas? No, es obvio.
Una última duda ¿Me conoces?, ¿Sabes lo que oculto tras mi sonrisa pálida?, ¿Sabes lo que hay tras mis ojos? No, no respondas, yo no sé que hay tras de ti, conozco chismes de tu historia, pero no te conozco, no se quien eres, solo se que me has enamorado perdidamente.
Lloro en el silencio más profundo y triste. Lleno de amor y magia, lleno de furia.
Este fuego lleno de sueños inconclusos, de pensamientos rojos, de deseos mortíferos.
Tus ojos tan llenos de un ocre vivo, tan muertos para satisfacerme, tan vivos para obligarme a adorarte, para jamás olvidarte.
Tu cuerpo, tan perfecto e inusual, parece arte de dioses. Sin embargo, he de olvidarte, rechazar los pensamientos que me genera, deshacerme de aquellos recuerdos fantasiosos, aquellas cosas tan instantáneas y efímeras.
Tengo otra duda, ¿Me amas? No, es obvio.
Una última duda ¿Me conoces?, ¿Sabes lo que oculto tras mi sonrisa pálida?, ¿Sabes lo que hay tras mis ojos? No, no respondas, yo no sé que hay tras de ti, conozco chismes de tu historia, pero no te conozco, no se quien eres, solo se que me has enamorado perdidamente.
Lloro en el silencio más profundo y triste. Lleno de amor y magia, lleno de furia.
Este fuego lleno de sueños inconclusos, de pensamientos rojos, de deseos mortíferos.
Tus ojos tan llenos de un ocre vivo, tan muertos para satisfacerme, tan vivos para obligarme a adorarte, para jamás olvidarte.
Tu cuerpo, tan perfecto e inusual, parece arte de dioses. Sin embargo, he de olvidarte, rechazar los pensamientos que me genera, deshacerme de aquellos recuerdos fantasiosos, aquellas cosas tan instantáneas y efímeras.
TENERTE.
Tu piel es como las hojas marchitas de otoño, tu piel, a pesar de eso luce suave, aviva mi deseo y descontrolan mis sentidos con el solo hecho de verte.
Sé que no tiene nada de ético, pero la vida no es algo que me llene de pensamientos, mi vida eres tu, verte construye y destruye mi vida.
Y sé que corres chistoso, que sonríes muy poco y que hablas solo para lo necesesario, que te guardas muchas cosas, que tienes pocos amigos, que tienes un dueño o que al menos eso parece.
Como el color de tu piel y de la mía, mi corazón se ha marchitado, se ha opacado tras un ocasote frío que mata e incinera mis pocas ilusiones. Un frío que cala los huesos y despierta los ojos, no esos que te ven fijo todos los dias esperando por los tuyos, abre los ojos a una realidad inimaginable.
He muerto perdido en una ilusión triste y vacía. No me rendiré, no, luchare hasta tenerte, hasta poder hablarte sin miedo, hasta que mis sueños contigo se hagan uno a uno real.
Tu pelo, tu pelo de un liso tremendo me lleva por mares donde lo nuestro es posible, donde “tu dueño” no exista, lejos de este mundo amargo.
Tu pelo, café, el mar sin olas, el del olor hermoso y tiernamente floral.
Mi corazón no se rendira hasta volver a verte, luchare con mi alma, conmigo, pero sabes, o tal vez no, que sera difícil, porque mas que amarte te deseo para mi, para poder besar tus dulces labios, tocar siquiera tu suave mano o transportarme donde me lleve tu pelo, tu piel tan suave y extraña como tu sonrisa perdida o tu mirada ausente.
Sé que no tiene nada de ético, pero la vida no es algo que me llene de pensamientos, mi vida eres tu, verte construye y destruye mi vida.
Y sé que corres chistoso, que sonríes muy poco y que hablas solo para lo necesesario, que te guardas muchas cosas, que tienes pocos amigos, que tienes un dueño o que al menos eso parece.
Como el color de tu piel y de la mía, mi corazón se ha marchitado, se ha opacado tras un ocasote frío que mata e incinera mis pocas ilusiones. Un frío que cala los huesos y despierta los ojos, no esos que te ven fijo todos los dias esperando por los tuyos, abre los ojos a una realidad inimaginable.
He muerto perdido en una ilusión triste y vacía. No me rendiré, no, luchare hasta tenerte, hasta poder hablarte sin miedo, hasta que mis sueños contigo se hagan uno a uno real.
Tu pelo, tu pelo de un liso tremendo me lleva por mares donde lo nuestro es posible, donde “tu dueño” no exista, lejos de este mundo amargo.
Tu pelo, café, el mar sin olas, el del olor hermoso y tiernamente floral.
Mi corazón no se rendira hasta volver a verte, luchare con mi alma, conmigo, pero sabes, o tal vez no, que sera difícil, porque mas que amarte te deseo para mi, para poder besar tus dulces labios, tocar siquiera tu suave mano o transportarme donde me lleve tu pelo, tu piel tan suave y extraña como tu sonrisa perdida o tu mirada ausente.
TU, MI UTOPÍA MAGICA.
A veces me he detenido a pensar si seria mejor no verte, no tenerte para adorarte solo con esta mirada de simple mortal.
A veces te veo y desearía no haberlo hecho, a veces me detengo en tus labios, tan finos y tan inexpresivos, una línea tibia y roja. Quizás sea loca esta idea que me surge, pero me muero por ver una pequeña sonrisa en tus facciones tan perfectas, finas y delicadas.
Tiende a ser un pensamiento recurrente, una idea inconclusa, como una obra de arte, el verte se vuelve algo injusto para mi, algo que no deberia, pero hago, ¿Por qué? No lo sé, me vuelve loco pensar en ti. Te tengo siempre en mi mente.
Tiendo a ver tus ojos, a detenerme en ellos he imaginar que ocultan, que hay detrás de eso que muestra tu belleza inmortal, eso que ronda en tu cara y que hace un conjunto perfecto, que me hace recordar lo mortal que soy, lo sencillo y triste que me ha tocado vivir, viéndote, soñándote…
Te hable en sueños y me temblaba la voz, no me respondías, no conozco tu voz, eres una utopia mágica, un ser perfecto, y yo, un simple mortal al que a cupido a decidido flechar.
Me he enamorado por desear cosas de humanos que tu ya has experimentado, me he enamorado por un deseo triste y vacío, quizás puedas llamarlo curiosidad, de ver una sonrisa en tu rostro, de descubrir lo que ocultan tus ojos, de saber que por ti es que vivo y muero, el por qué te quiero.
He muerto por un deseo el que me genera verte.
A veces te veo y desearía no haberlo hecho, a veces me detengo en tus labios, tan finos y tan inexpresivos, una línea tibia y roja. Quizás sea loca esta idea que me surge, pero me muero por ver una pequeña sonrisa en tus facciones tan perfectas, finas y delicadas.
Tiende a ser un pensamiento recurrente, una idea inconclusa, como una obra de arte, el verte se vuelve algo injusto para mi, algo que no deberia, pero hago, ¿Por qué? No lo sé, me vuelve loco pensar en ti. Te tengo siempre en mi mente.
Tiendo a ver tus ojos, a detenerme en ellos he imaginar que ocultan, que hay detrás de eso que muestra tu belleza inmortal, eso que ronda en tu cara y que hace un conjunto perfecto, que me hace recordar lo mortal que soy, lo sencillo y triste que me ha tocado vivir, viéndote, soñándote…
Te hable en sueños y me temblaba la voz, no me respondías, no conozco tu voz, eres una utopia mágica, un ser perfecto, y yo, un simple mortal al que a cupido a decidido flechar.
Me he enamorado por desear cosas de humanos que tu ya has experimentado, me he enamorado por un deseo triste y vacío, quizás puedas llamarlo curiosidad, de ver una sonrisa en tu rostro, de descubrir lo que ocultan tus ojos, de saber que por ti es que vivo y muero, el por qué te quiero.
He muerto por un deseo el que me genera verte.
RESIGNACIÓN
Me acostumbre a que no me respondas, a que no vea a que no me toques, a verte solo en tu maldita ausencia, ahora te hablo por que se que no responderas.
Te encerraste en tu realidad perfecta, donde tu egoismo y el mio no pueden convivir, sera mejor irme, alejarme de ti pero queriendo tu respiracion en la nuca, tus labios sobre los mios.
Te encerraste en tu realidad perfecta, donde tu egoismo y el mio no pueden convivir, sera mejor irme, alejarme de ti pero queriendo tu respiracion en la nuca, tus labios sobre los mios.
ME CANSE DE MIRARTE
Me canse de mirarte, de que no me digas nada, de que en el silencio profundo guardes todo lo que piensas de mi, de que nuestras miradas se cruzen y lo impidas, de buscar tus ojos con desesperacion entre la gente. de tratar de verte comoe res en verdad y no como cuando estas con tus amigas, de buscar ese algo que haga que a mi se me pierda el miedo...
Sufro, y sufro deseperadamente al verte, al intentar hacer aquellas cosas que para ti suenan inutiles pero que para mi lo son todo, me canse de sufrir por ti que ni una mirada me regalas, que ni una sonrisa de esas que muy poco muestras me la dediques, sufro por ti, por que te amo, porque he descubierto un poco que quizas esta cosa no es lo que parece, que tan solo es algo que he perdido...
Depronto em doy cuenta de que esto que siento quizas no sea loq ue en verdad quisiera sentir, que en realidad no siento nada, pero...pero no sabes cuanto me duele tener que verte con EL, vivir observando aquello que los dos sabemos que es falso, vivir...vivir en ese entonces...soñar con eso que nos e como describirlo, me come el pecho, se lo traga entero, me debora el intento y me carcome el ansia, te amo ? no lo se, pero... me duele...sufro...sufro porque me has avandonado en este sitio sin salida
el amor es algo que nos genera un placer detestable, un caprichoinsasiable, un vacio terrible, una necesidad inecesaria
El amor es algo que nos genera un placer detestable, un caprichoinsasiable, un vacio terrible, una necesidad inecesaria...vivimos atado a el como prisioneros, esclavos que nunca podran encontrar la salida; si tan solo hubiera una cura para tal bendito mal, algo que pueda olvidar aquellas penas, recuerdos y personas que dejan huella en el alma :)
Me canse de mirarte y encontrar una mirada vacia.
Sufro, y sufro deseperadamente al verte, al intentar hacer aquellas cosas que para ti suenan inutiles pero que para mi lo son todo, me canse de sufrir por ti que ni una mirada me regalas, que ni una sonrisa de esas que muy poco muestras me la dediques, sufro por ti, por que te amo, porque he descubierto un poco que quizas esta cosa no es lo que parece, que tan solo es algo que he perdido...
Depronto em doy cuenta de que esto que siento quizas no sea loq ue en verdad quisiera sentir, que en realidad no siento nada, pero...pero no sabes cuanto me duele tener que verte con EL, vivir observando aquello que los dos sabemos que es falso, vivir...vivir en ese entonces...soñar con eso que nos e como describirlo, me come el pecho, se lo traga entero, me debora el intento y me carcome el ansia, te amo ? no lo se, pero... me duele...sufro...sufro porque me has avandonado en este sitio sin salida
el amor es algo que nos genera un placer detestable, un caprichoinsasiable, un vacio terrible, una necesidad inecesaria
El amor es algo que nos genera un placer detestable, un caprichoinsasiable, un vacio terrible, una necesidad inecesaria...vivimos atado a el como prisioneros, esclavos que nunca podran encontrar la salida; si tan solo hubiera una cura para tal bendito mal, algo que pueda olvidar aquellas penas, recuerdos y personas que dejan huella en el alma :)
Me canse de mirarte y encontrar una mirada vacia.
FELICITACIONES¡¡¡¡
QUERIDOS LECTORES DEL BLOG:
Esta entrada deseo dedicarla a Camila Franco, ganadora del 1er Concurso de Cuento y Poesia que se realiza en este blog, además de felicitarla y darle las gracias al publico que voto para que ella fuera ganadora por su explendido escrito "noche de vigilia el cual obtuvo más de 60 votos, sobrepasando por mas de la tercera parte a sus contrincantes. agradecerle, de nuevo, a Camila ya que genero más visitas al blog de lo que nunca se habia presenciado desde su apertura.
De nuevo, Felicitaciones a Camila.
En esta semana se hara entrega del premio y subire algunas fotos de esto, con esto doy por terminado el primer concurso, Queridos Lectores, espero que sigan conectado apreciando escritos, no duden en escribir a sinmuchaleyalescribir@hotmail.com, por si tienen alguna duda, comentario y/o desean mostrarme un escrito que desean que publique (con su autoria claro esta).
Alejandro Higuera S.
Escritor y director principal del blog.
PS: LES DOY LA BIENVENIDA A ESTE NUEVO AÑO, lleno de nuevas experiencias en la escritura, el arte al que se le hace un tipo de homenaje¡¡¡.
Esta entrada deseo dedicarla a Camila Franco, ganadora del 1er Concurso de Cuento y Poesia que se realiza en este blog, además de felicitarla y darle las gracias al publico que voto para que ella fuera ganadora por su explendido escrito "noche de vigilia el cual obtuvo más de 60 votos, sobrepasando por mas de la tercera parte a sus contrincantes. agradecerle, de nuevo, a Camila ya que genero más visitas al blog de lo que nunca se habia presenciado desde su apertura.
De nuevo, Felicitaciones a Camila.
En esta semana se hara entrega del premio y subire algunas fotos de esto, con esto doy por terminado el primer concurso, Queridos Lectores, espero que sigan conectado apreciando escritos, no duden en escribir a sinmuchaleyalescribir@hotmail.com, por si tienen alguna duda, comentario y/o desean mostrarme un escrito que desean que publique (con su autoria claro esta).
Alejandro Higuera S.
Escritor y director principal del blog.
PS: LES DOY LA BIENVENIDA A ESTE NUEVO AÑO, lleno de nuevas experiencias en la escritura, el arte al que se le hace un tipo de homenaje¡¡¡.
UN HOMBRE UNA PIPA Y UN RECUERDO MAS ALLÁ DEL MAR por MAURICIO CHEREQUE
NO OLVIDEN VOTAR POR EL MEJOR.
Me miró a los ojos e hizo un gesto melancólico de despedida, como si supiera que esa sería la última ocasión en la que nos veríamos; al menos en esta vida. Caminó hacia el mar; había dado una gran batalla. Tenía pronosticados siete días más de vida, si es que se mantenía postrado en una cama, conectado a un respirador y sin poder observar por última vez, el bello atardecer. Me dejó encargado de su funeral, cremación; y de informarles a sus familiares con las palabras que él dejó escritas en una servilleta; en alguna de las muchas visitas al hospital que le hice. La servilleta decía literalmente lo siguiente: “Lamento informarle del sensible fallecimiento de Sigfrido Galiástegui, por favor no tenga usted el descaro de venir a visitarlo ahora que ha muerto, cuando hace años lo hubiera podido hacer, cuando él estaba con vida.” Me habían encomendado una tarea que no quería aceptar, pero al final tuve que hacerla como un favor hacia un hombre cuya pintoresca y singular forma de ser, y sus únicos y sabios consejos, habían hecho de mí una mejor persona. Aún recuerdo cuando lo conocí, tenía yo diecisiete años, y era un •cachimbo• de la Universidad Católica; él en ese entonces dictaba clases de Historia en los Estudios Generales de Letras y por extraña coincidencia le tocó enseñarme a mí.
En aquel tiempo yo era lo que se llama •el chacota• de la clase y más de una vez fui retirado del aula. Nunca imaginé que ese profesor, que me sacaba del aula , llegaría a ser el mejor amigo que jamás había tenido. El licenciado Galiástegui, como lo conocí, nunca decía su nombre, al parecer lo detestaba; se hacía llamar, licenciado; recién ahora que escribo esto me doy cuenta porque odiaba su nombre. Yo era el más movido del grupo, el que más bajas notas tenía, el que estaba en la universidad casi por obligación, y por supuesto, el que iba a todas y cada una de las fiestas a romper la pista de baile, conquistando a chicas de un noche, y besando a desconocidas. La verdad es que yo era el perfecto chico de diecisiete años, desinteresado e inmaduro y que en lo único que pensaba era en discotecas, mujeres y por supuesto alcohol.
Mis padres nunca mostraron ese agudo interés que normalmente un padre siente por sus hijos, estaban tan ensimismados por la llegada del tercer hijo después de dieciséis años y que toda cosa que yo hiciera era transparente para ellos. Mi hermanos menor, era el clásico músico de quinto de secundaria, que no sabía qué estudiar y que a lo mejor optaría por entrar al conservatorio musical. Cierta vez fui con él a una fiesta, pero el solo hecho de tener que beber alcohol para •empilarse•, le desagrado. Y desde esa vez no volví a ir con él a ninguna fiesta.
Yo solía ir a la universidad en un carro, para ese entonces viejo, que mi padre me había regalado al ingresar a la universidad, era un Toyota del año 1992. En aquel auto había vivido las mejores fiestas de mi vida, me arrepiento de decir que muchas veces manejé en estado etílico a altas horas de la noche por la panamericana sur, luego de cada fiestón en boulevard de Asia. Aún sigo manejando mi fiel Toyota, para ir a mi centro de estudios, a través del circuito de playas, observando el mar, aquel lugar donde ahora el profesor pertenece, y en el que algún día nos volveremos a encontrar.
Me acuerdo como si fuera ayer, de mi graduación, en la que todos mis •patas del alma•, que vivieron conmigo la etapa escolar, quedaron en llamarme al menos una vez al mes para revivir buenos momentos que ahora se ven tan lejanos, como es de suponer nunca lo hicieron, y yo tampoco lo hice; no nos hemos visto en cinco años. Cuando recién ingrese a la universidad mis compañeros de clase me raparon y me volví un popular •cachimbo•. Normalmente mis notas en el colegio eran regulares, pero con la exigencia de la universidad y mi ya conocida irresponsabilidad, bajé mi promedio drásticamente, aprobando, eso sí, con mínima nota aprobatoria, la mayoría de los cursos y los que nos los desaprobaba. En ese entonces el curso que más detestaba era por supuesto matemáticas; sin embargo el curso más aburrido era historia con el licenciado Galiástegui. Sus charlas filosóficas sobre como Alejandro Magno conquistó a los persas o sobre como Nerón mandó a incendiar Roma; eran para mí verdaderamente inaguantables. Debe ser por ello, que yo me la pasaba conversando, bromeando y hasta riendo a carcajadas en la mayoría de sus clases; esto hacía que el profesor Galiástegui se enfadara, y me sacara de sus clases. A lo largo de aquel año nuestra relación fue del mal en peor. En ciertas ocasiones lo enervaba tanto, que simple y llanamente no dejaba que entrara a sus clases, y por consecuencia, me reprobaba.
Aún me acuerdo de aquella noche en la que empecé a abrir los ojos y en la que me di cuenta del poco valor de las personas con las que solía juntarme; y por la que también valoré cada una de las cosas que tenía y las muchas que había perdido por mi comportamiento. Pero, ¿qué fue lo que sucedió?, era un viernes trece, lo recuerdo bien, y estaba de fiesta de una discoteca en la calle Berlín, en Miraflores. Bailaba como siempre, divirtiéndome con una bella chica de ojos verdes que me mintió diciéndome que estaba sola, yo, confiado en sus palabras; seguí bailando muy cerca a ella cuando me atreví y la besé. Ella me apartó al instante, reclamando mi atrevimiento; a lo lejos a través de las luces entrecortadas apareció un hombre alto, fornido, con una pinta de matón y cara de estar molesto; era su novio. Al enterarse de lo sucedido me propinó tal paliza, que el solo hecho de describirla es doloroso. Bastará con decir que atravesé, rompiendo la puerta de vidrio y aterricé en el pavimento de la fría calle en medio de la penumbra. Tenía varias contusiones y raspones, producto de la golpiza; sentía que el rostro ya se me estaba hinchando, cuando a lo lejos divisé la silueta de un hombre flaco de unos cincuenta años que vestía una chaqueta negra y que venía fumando una pipa. Al aproximarse, me di cuenta con asombro que era nada menos que el licenciado Galiástegui. Se acercó a mí, yo estaba apoyado en la pared, con todo el cuerpo lastimado. Me preguntó que me había pasado; yo adolorido le expliqué lo sucedido y él, noblemente, me ayudó a ponerme de pie. Me llevó a su departamento que estaba por allí cerca y me limpió las heridas. Me di cuenta de que ninguna de mis •amigos• habían acudido a mi ayuda, y quien menos esperé que me ayudaría lo terminó haciendo. Esa noche charlamos de todo, me enteré de su nombre, del porque enseñaba historia; y lo más importante desde esa noche le prometí y me prometí cambiar.
A esa charla, le siguieron muchas otras, en las que me contaba anécdotas, todas y cada una de ellas con una lección o enseñanza. Me sugirió, además, que no fumara nunca, que de ese vicio era muy difícil salir y que lo único que acarraría sería la vaga y temporal satisfacción que el aspirar tabaco daba. Me dijo, también, que él fumaba en pipa porque los cigarrillos le parecían demasiado temporales, demasiado comunes , en cambio, su fiel pipa llevaba ya con él más de cuarenta años, y junto a ella aspiraba asperezas y se aislaba de la realidad para componer sus versos. Los tenía todos bajo llave en un cajón de su despacho. Escribía contra la realidad, contra la injusticia, y contra los mal llamados •amigos• que lo único que hacían era llevar a uno por el mal camino, y terminar hundiéndolo en un abismo del que era imposible escapar. Cierta vez le noté, ciertas manchas en el brazo, pero no le comenté nada acerca de ella pues no quería incomodarlo. Lo que si le sugerí fue que publicara sus versos, esos que escribía; a lo que él rotundamente se negó diciéndome que aquellos versos eran su único tesoro y que perderlos sería como perder a un hijo. En cierta forma recién ahora que escribo esto me doy cuenta que estaba en lo cierto.
Me convertí en un alumno aplicado, cambié las fiestas, por las lecturas, cambié la diversión por el estudio, por el cual descubrí que a largo plazo da más satisfacciones que el primero; cambié también a las chicas fáciles, por los compromisos serios, y a los •amigos•, por las verdaderas amistades como la que sembré con Sigfrido Galiástegui. A propósito de su nombre, cierta vez me mencionó que se llamaba como su padre y el día de ayer en el funeral, me enteré que su madre lo crió sola, por lo que no me sorprendería que su padre haya sido el motivo por el cual el licenciado rechazaba tanto a las personas que elegían el camino fácil y que lo único que hacían bien era llevar a más gente por el mal camino.
Cuando me enteré de su enfermedad, ya que el hecho de que estuviera vivo, era un milagro médico, le habían dicho que tendría dos semanas más de vida, una para despedirse de la vida y la otra para hacer experimentos de células madre, en un estado de coma inducido. Fui a visitarlo al hospital con lágrimas en los ojos; al verme me dijo que no había que llorar, que luego de su partida, nos volveríamos a encontrar en el limbo que los católicos llaman cielo, y los budistas nirvana.
Esa semana siguió dando clases en la universidad haciendo caso omiso a las indicaciones de descanso extremo dadas por el médico. Su estado ya era penoso, había adelgazado aún más de lo que ya era y tenía la piel pegada al hueso, por la que se le escurrían una que otra vena delgada. Para el día viernes, ya tenía constantes desmayos, el sábado descansó, pues el domingo emprendería su última travesía que llevaría a cabo el domingo al atardecer. Fue este día cuando me dejó a cargo de su funeral y posterior cremación, para esta, pidió ser incinerado junto con sus versos, su más preciado tesoro y me pidió que lo acompañara a emprender su última travesía y que cumpliera su último deseo arrojando sus cenizas al mar junto con su fiel pipa. Me explico con voz tenue, que su travesía consistía en caminar descalzo por la arena de una playa, con la camisa desabotonada y llegar lo más cerca posible a la orilla para exhalar su último aliento sintiendo la suave brisa marina humedeciendo su rostro.
El domingo al mediodía lo lleve a la playa, se bajo del coche dándome un abrazo, diciéndome que era uno en un millón los que se salvaban del abismo, y que yo era uno de ellos. Se quitó los zapatos y empezó su último caminar. Ya casi llegando a su meta, volteó, me miró a los ojos y me hizo un gesto melancólico de despedida como si supiera acaso que esa sería la última vez que nos veríamos. Siguió caminando hacia su inminente destino. Llegó a la orilla y expiró, al mismo tiempo que el sol se escondía debajo del mar, y el mundo se privaba para siempre de la luz de Sigfrido Galiástegui.
NO OLVIDEN VOTAR POR EL MEJOR.
Me miró a los ojos e hizo un gesto melancólico de despedida, como si supiera que esa sería la última ocasión en la que nos veríamos; al menos en esta vida. Caminó hacia el mar; había dado una gran batalla. Tenía pronosticados siete días más de vida, si es que se mantenía postrado en una cama, conectado a un respirador y sin poder observar por última vez, el bello atardecer. Me dejó encargado de su funeral, cremación; y de informarles a sus familiares con las palabras que él dejó escritas en una servilleta; en alguna de las muchas visitas al hospital que le hice. La servilleta decía literalmente lo siguiente: “Lamento informarle del sensible fallecimiento de Sigfrido Galiástegui, por favor no tenga usted el descaro de venir a visitarlo ahora que ha muerto, cuando hace años lo hubiera podido hacer, cuando él estaba con vida.” Me habían encomendado una tarea que no quería aceptar, pero al final tuve que hacerla como un favor hacia un hombre cuya pintoresca y singular forma de ser, y sus únicos y sabios consejos, habían hecho de mí una mejor persona. Aún recuerdo cuando lo conocí, tenía yo diecisiete años, y era un •cachimbo• de la Universidad Católica; él en ese entonces dictaba clases de Historia en los Estudios Generales de Letras y por extraña coincidencia le tocó enseñarme a mí.
En aquel tiempo yo era lo que se llama •el chacota• de la clase y más de una vez fui retirado del aula. Nunca imaginé que ese profesor, que me sacaba del aula , llegaría a ser el mejor amigo que jamás había tenido. El licenciado Galiástegui, como lo conocí, nunca decía su nombre, al parecer lo detestaba; se hacía llamar, licenciado; recién ahora que escribo esto me doy cuenta porque odiaba su nombre. Yo era el más movido del grupo, el que más bajas notas tenía, el que estaba en la universidad casi por obligación, y por supuesto, el que iba a todas y cada una de las fiestas a romper la pista de baile, conquistando a chicas de un noche, y besando a desconocidas. La verdad es que yo era el perfecto chico de diecisiete años, desinteresado e inmaduro y que en lo único que pensaba era en discotecas, mujeres y por supuesto alcohol.
Mis padres nunca mostraron ese agudo interés que normalmente un padre siente por sus hijos, estaban tan ensimismados por la llegada del tercer hijo después de dieciséis años y que toda cosa que yo hiciera era transparente para ellos. Mi hermanos menor, era el clásico músico de quinto de secundaria, que no sabía qué estudiar y que a lo mejor optaría por entrar al conservatorio musical. Cierta vez fui con él a una fiesta, pero el solo hecho de tener que beber alcohol para •empilarse•, le desagrado. Y desde esa vez no volví a ir con él a ninguna fiesta.
Yo solía ir a la universidad en un carro, para ese entonces viejo, que mi padre me había regalado al ingresar a la universidad, era un Toyota del año 1992. En aquel auto había vivido las mejores fiestas de mi vida, me arrepiento de decir que muchas veces manejé en estado etílico a altas horas de la noche por la panamericana sur, luego de cada fiestón en boulevard de Asia. Aún sigo manejando mi fiel Toyota, para ir a mi centro de estudios, a través del circuito de playas, observando el mar, aquel lugar donde ahora el profesor pertenece, y en el que algún día nos volveremos a encontrar.
Me acuerdo como si fuera ayer, de mi graduación, en la que todos mis •patas del alma•, que vivieron conmigo la etapa escolar, quedaron en llamarme al menos una vez al mes para revivir buenos momentos que ahora se ven tan lejanos, como es de suponer nunca lo hicieron, y yo tampoco lo hice; no nos hemos visto en cinco años. Cuando recién ingrese a la universidad mis compañeros de clase me raparon y me volví un popular •cachimbo•. Normalmente mis notas en el colegio eran regulares, pero con la exigencia de la universidad y mi ya conocida irresponsabilidad, bajé mi promedio drásticamente, aprobando, eso sí, con mínima nota aprobatoria, la mayoría de los cursos y los que nos los desaprobaba. En ese entonces el curso que más detestaba era por supuesto matemáticas; sin embargo el curso más aburrido era historia con el licenciado Galiástegui. Sus charlas filosóficas sobre como Alejandro Magno conquistó a los persas o sobre como Nerón mandó a incendiar Roma; eran para mí verdaderamente inaguantables. Debe ser por ello, que yo me la pasaba conversando, bromeando y hasta riendo a carcajadas en la mayoría de sus clases; esto hacía que el profesor Galiástegui se enfadara, y me sacara de sus clases. A lo largo de aquel año nuestra relación fue del mal en peor. En ciertas ocasiones lo enervaba tanto, que simple y llanamente no dejaba que entrara a sus clases, y por consecuencia, me reprobaba.
Aún me acuerdo de aquella noche en la que empecé a abrir los ojos y en la que me di cuenta del poco valor de las personas con las que solía juntarme; y por la que también valoré cada una de las cosas que tenía y las muchas que había perdido por mi comportamiento. Pero, ¿qué fue lo que sucedió?, era un viernes trece, lo recuerdo bien, y estaba de fiesta de una discoteca en la calle Berlín, en Miraflores. Bailaba como siempre, divirtiéndome con una bella chica de ojos verdes que me mintió diciéndome que estaba sola, yo, confiado en sus palabras; seguí bailando muy cerca a ella cuando me atreví y la besé. Ella me apartó al instante, reclamando mi atrevimiento; a lo lejos a través de las luces entrecortadas apareció un hombre alto, fornido, con una pinta de matón y cara de estar molesto; era su novio. Al enterarse de lo sucedido me propinó tal paliza, que el solo hecho de describirla es doloroso. Bastará con decir que atravesé, rompiendo la puerta de vidrio y aterricé en el pavimento de la fría calle en medio de la penumbra. Tenía varias contusiones y raspones, producto de la golpiza; sentía que el rostro ya se me estaba hinchando, cuando a lo lejos divisé la silueta de un hombre flaco de unos cincuenta años que vestía una chaqueta negra y que venía fumando una pipa. Al aproximarse, me di cuenta con asombro que era nada menos que el licenciado Galiástegui. Se acercó a mí, yo estaba apoyado en la pared, con todo el cuerpo lastimado. Me preguntó que me había pasado; yo adolorido le expliqué lo sucedido y él, noblemente, me ayudó a ponerme de pie. Me llevó a su departamento que estaba por allí cerca y me limpió las heridas. Me di cuenta de que ninguna de mis •amigos• habían acudido a mi ayuda, y quien menos esperé que me ayudaría lo terminó haciendo. Esa noche charlamos de todo, me enteré de su nombre, del porque enseñaba historia; y lo más importante desde esa noche le prometí y me prometí cambiar.
A esa charla, le siguieron muchas otras, en las que me contaba anécdotas, todas y cada una de ellas con una lección o enseñanza. Me sugirió, además, que no fumara nunca, que de ese vicio era muy difícil salir y que lo único que acarraría sería la vaga y temporal satisfacción que el aspirar tabaco daba. Me dijo, también, que él fumaba en pipa porque los cigarrillos le parecían demasiado temporales, demasiado comunes , en cambio, su fiel pipa llevaba ya con él más de cuarenta años, y junto a ella aspiraba asperezas y se aislaba de la realidad para componer sus versos. Los tenía todos bajo llave en un cajón de su despacho. Escribía contra la realidad, contra la injusticia, y contra los mal llamados •amigos• que lo único que hacían era llevar a uno por el mal camino, y terminar hundiéndolo en un abismo del que era imposible escapar. Cierta vez le noté, ciertas manchas en el brazo, pero no le comenté nada acerca de ella pues no quería incomodarlo. Lo que si le sugerí fue que publicara sus versos, esos que escribía; a lo que él rotundamente se negó diciéndome que aquellos versos eran su único tesoro y que perderlos sería como perder a un hijo. En cierta forma recién ahora que escribo esto me doy cuenta que estaba en lo cierto.
Me convertí en un alumno aplicado, cambié las fiestas, por las lecturas, cambié la diversión por el estudio, por el cual descubrí que a largo plazo da más satisfacciones que el primero; cambié también a las chicas fáciles, por los compromisos serios, y a los •amigos•, por las verdaderas amistades como la que sembré con Sigfrido Galiástegui. A propósito de su nombre, cierta vez me mencionó que se llamaba como su padre y el día de ayer en el funeral, me enteré que su madre lo crió sola, por lo que no me sorprendería que su padre haya sido el motivo por el cual el licenciado rechazaba tanto a las personas que elegían el camino fácil y que lo único que hacían bien era llevar a más gente por el mal camino.
Cuando me enteré de su enfermedad, ya que el hecho de que estuviera vivo, era un milagro médico, le habían dicho que tendría dos semanas más de vida, una para despedirse de la vida y la otra para hacer experimentos de células madre, en un estado de coma inducido. Fui a visitarlo al hospital con lágrimas en los ojos; al verme me dijo que no había que llorar, que luego de su partida, nos volveríamos a encontrar en el limbo que los católicos llaman cielo, y los budistas nirvana.
Esa semana siguió dando clases en la universidad haciendo caso omiso a las indicaciones de descanso extremo dadas por el médico. Su estado ya era penoso, había adelgazado aún más de lo que ya era y tenía la piel pegada al hueso, por la que se le escurrían una que otra vena delgada. Para el día viernes, ya tenía constantes desmayos, el sábado descansó, pues el domingo emprendería su última travesía que llevaría a cabo el domingo al atardecer. Fue este día cuando me dejó a cargo de su funeral y posterior cremación, para esta, pidió ser incinerado junto con sus versos, su más preciado tesoro y me pidió que lo acompañara a emprender su última travesía y que cumpliera su último deseo arrojando sus cenizas al mar junto con su fiel pipa. Me explico con voz tenue, que su travesía consistía en caminar descalzo por la arena de una playa, con la camisa desabotonada y llegar lo más cerca posible a la orilla para exhalar su último aliento sintiendo la suave brisa marina humedeciendo su rostro.
El domingo al mediodía lo lleve a la playa, se bajo del coche dándome un abrazo, diciéndome que era uno en un millón los que se salvaban del abismo, y que yo era uno de ellos. Se quitó los zapatos y empezó su último caminar. Ya casi llegando a su meta, volteó, me miró a los ojos y me hizo un gesto melancólico de despedida como si supiera acaso que esa sería la última vez que nos veríamos. Siguió caminando hacia su inminente destino. Llegó a la orilla y expiró, al mismo tiempo que el sol se escondía debajo del mar, y el mundo se privaba para siempre de la luz de Sigfrido Galiástegui.
NO OLVIDEN VOTAR POR EL MEJOR.
PENSAMIENTOS por CAMILA MORALES
NO OLVIDEN VOTAR POR EL MEJOR.
I.
Regálame una flor que represente este sentimiento,
Regálame la más bella que signifique eterna primavera.
Pero te advierto,
Esta flor que hoy se embellece, algún día se marchita,
Y lo que hoy llamamos amor,
Con un suspiro se debilita,
Y donde se guardaba cariño, ahora la soledad habita.
II.
Las mujeres soñamos con algo irreal
Dulce, mágico, tan difícil de encontrar,
Ojos lindos, poder intelectual,
Unas palabras místicas que demuestren que es amar…
Los mejores romances empiezan con una sencilla y sincera amistad,
Y ahora los cuentos de hadas que cuando de niña leía, se hacen realidad.
Pero después de esto una duda a mí me atormenta,
Si has pasado conmigo la barrera de una amistad sincera,
Espero que entiendas,
No quiero apresurarte,
Pues es de suma importancia que sepas,
Si algún día llegas a amarme,
Pues ahora no sé qué piensas,
Un duelo entre el pasado y el futuro ahora nos espera
De ser algo más que amigos,
O solo dejar lo que sientes y seguir cada uno por su camino.
III.
Te acuerdas,
Cuando estábamos sentados en la playa?
Cuando nuestras almas se fundían en una sola,
Como la arena se une al mar.
Si, aquellos atardeceres,
Que se van con un suspiro,
con el sonido de las gaviotas.
Te acuerdas?
De esos veranos,
Cuando el sol se mezclaba con tu piel,
Esos amores robados,
Esos besos profundos,
De quienes fueron testigos
Tu alma y mi piel.
Pero ahora llegó el invierno,
Y mi alma ya nada alberga.
Te fuiste y te llevaste
El calor, el amor y la felicidad.
Me cuesta pensar que esto es pasado,
Que son recuerdos vagando en mi memoria.
Que convivo con la soledad,
Y ella atormenta mis días,
Trayendo espejismos de aquellos días.
IV.
Te Regalo Mi Sonrisa,
Mi Mirada y Mis Alegrias,
Porque Eres Tú
Quien Ilumina Mi vida.
Te Regalo Mis Sueños,
Mis deseos y Anhelos.
setu el dueño Y el guia,
El Refugio De Mi Alma.
Te Regalo Las Estrellas,
Pero No Alcanzarían Si Para Todo Mi Amor Fuera.
El Universo Se Reduciría,
Si Cuento Las Palabras Que Te Describirían
Si Crees Que No Es Suficiente
piensa Que Nuestras Metas Son Mas
Que Granos de Arena.
Entiende Que Nuestro Amor Supera Barreras,
Y Que Eres Tu El que Mi Alma Llena
V.
Y si mi sonrisa no te convence,
te entrego aquellos suspiros, aquellos anhelos y todos mi sueños;
Porque ya no sequemas entregarte.
Se me agotan las palabras, para tan solo alcanzar tu mirada,
pero vivimos bajo la indiferencia,
y no te alcanzas a imaginar lo que mi corazon anhela.
Tan solo queda esperar, y aguardar,
ser paciente y no dejar de brillar;
porque es contigo con quien quiero estar
VI.
Si Tan Solo Tuviera
El Recuerdo De tu Perfume
El Rastro De Tu Sonrisa
Las Cenizas de tu mirada.
Si Tan Solo Quedara
Tu Rostro En Mi Ventana
Tu Voz En Mi Silencio
Tus Pasos En La Playa.
Daría Cielo Y Tierra
Recorrería Tierras Extrañas.
Para Poder Encontrar
Un Pedazo
Una Migaja De Tu Alma
NO OLVIDEN VOTAR POR EL MEJOR.
I.
Regálame una flor que represente este sentimiento,
Regálame la más bella que signifique eterna primavera.
Pero te advierto,
Esta flor que hoy se embellece, algún día se marchita,
Y lo que hoy llamamos amor,
Con un suspiro se debilita,
Y donde se guardaba cariño, ahora la soledad habita.
II.
Las mujeres soñamos con algo irreal
Dulce, mágico, tan difícil de encontrar,
Ojos lindos, poder intelectual,
Unas palabras místicas que demuestren que es amar…
Los mejores romances empiezan con una sencilla y sincera amistad,
Y ahora los cuentos de hadas que cuando de niña leía, se hacen realidad.
Pero después de esto una duda a mí me atormenta,
Si has pasado conmigo la barrera de una amistad sincera,
Espero que entiendas,
No quiero apresurarte,
Pues es de suma importancia que sepas,
Si algún día llegas a amarme,
Pues ahora no sé qué piensas,
Un duelo entre el pasado y el futuro ahora nos espera
De ser algo más que amigos,
O solo dejar lo que sientes y seguir cada uno por su camino.
III.
Te acuerdas,
Cuando estábamos sentados en la playa?
Cuando nuestras almas se fundían en una sola,
Como la arena se une al mar.
Si, aquellos atardeceres,
Que se van con un suspiro,
con el sonido de las gaviotas.
Te acuerdas?
De esos veranos,
Cuando el sol se mezclaba con tu piel,
Esos amores robados,
Esos besos profundos,
De quienes fueron testigos
Tu alma y mi piel.
Pero ahora llegó el invierno,
Y mi alma ya nada alberga.
Te fuiste y te llevaste
El calor, el amor y la felicidad.
Me cuesta pensar que esto es pasado,
Que son recuerdos vagando en mi memoria.
Que convivo con la soledad,
Y ella atormenta mis días,
Trayendo espejismos de aquellos días.
IV.
Te Regalo Mi Sonrisa,
Mi Mirada y Mis Alegrias,
Porque Eres Tú
Quien Ilumina Mi vida.
Te Regalo Mis Sueños,
Mis deseos y Anhelos.
setu el dueño Y el guia,
El Refugio De Mi Alma.
Te Regalo Las Estrellas,
Pero No Alcanzarían Si Para Todo Mi Amor Fuera.
El Universo Se Reduciría,
Si Cuento Las Palabras Que Te Describirían
Si Crees Que No Es Suficiente
piensa Que Nuestras Metas Son Mas
Que Granos de Arena.
Entiende Que Nuestro Amor Supera Barreras,
Y Que Eres Tu El que Mi Alma Llena
V.
Y si mi sonrisa no te convence,
te entrego aquellos suspiros, aquellos anhelos y todos mi sueños;
Porque ya no sequemas entregarte.
Se me agotan las palabras, para tan solo alcanzar tu mirada,
pero vivimos bajo la indiferencia,
y no te alcanzas a imaginar lo que mi corazon anhela.
Tan solo queda esperar, y aguardar,
ser paciente y no dejar de brillar;
porque es contigo con quien quiero estar
VI.
Si Tan Solo Tuviera
El Recuerdo De tu Perfume
El Rastro De Tu Sonrisa
Las Cenizas de tu mirada.
Si Tan Solo Quedara
Tu Rostro En Mi Ventana
Tu Voz En Mi Silencio
Tus Pasos En La Playa.
Daría Cielo Y Tierra
Recorrería Tierras Extrañas.
Para Poder Encontrar
Un Pedazo
Una Migaja De Tu Alma
NO OLVIDEN VOTAR POR EL MEJOR.
HAY FÉ por SEBASTIÁN SANDOVAL.
NO OLVIDEN VOTAR POR EL MEJOR.
Soy un poeta frustrado, un cantante ahogado, un músico sin futuro. Soy el que llora en la noche, el que recorre la plaza sin encontrar indicios de lo que pudo ser.
Mi existencia encerrada en un cofre de vidrio moldeado entre ángeles y demonios, me recuerda a los dulces veranos que pasamos riendonos juntos, compartiendo carcajadas al aire y carreras de fantasías entre valles y bosques.
Y al estar tan estropeado mi corazón, la sangre corre cada vez mas lenta y mi respiración se agita , pero le agradezco a la nobleza que conmigo siempre ha sido sensata y pura
Y aquel 6 de Diciembre gracias a un perdón divino, todos esos acordes rotos que acechaban el ritmo de tus melancólicas fragancias están transformados en bellas armonías
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Soy un poeta frustrado, un cantante ahogado, un músico sin futuro. Soy el que llora en la noche, el que recorre la plaza sin encontrar indicios de lo que pudo ser.
Mi existencia encerrada en un cofre de vidrio moldeado entre ángeles y demonios, me recuerda a los dulces veranos que pasamos riendonos juntos, compartiendo carcajadas al aire y carreras de fantasías entre valles y bosques.
Y al estar tan estropeado mi corazón, la sangre corre cada vez mas lenta y mi respiración se agita , pero le agradezco a la nobleza que conmigo siempre ha sido sensata y pura
Y aquel 6 de Diciembre gracias a un perdón divino, todos esos acordes rotos que acechaban el ritmo de tus melancólicas fragancias están transformados en bellas armonías
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EXECRABLE por JUAN S. SALCEDO MORALES
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Molesto chirrido en tus oídos, como los que ya has sentido.
Día como cualquier otro, sin siquiera preguntar porque no es diferente, como debería ser, hoy, hay una mesa, vieja. El piso, las paredes, las ventanas, todo lo que forma una fachada simple… una mesa… vieja, de madera tal vez, tiene rayones, golpes, inclusive no es original, ya le han remplazado una pata, dese cuenta, es una mesa de madera con cuatro patas, solo tres de ellas originales.
No se molestan en parar de hablar, su tema es lo suficientemente interesante como para nunca parar, parece que están sentados, pero como en el lugar no hay luz, no podría decirles en que condición se encuentran, solo he podido recurrir a los oídos para decirles que, el o ellos, no se molestan en parar de hablar, o quizás si es una persona hablando sola… no me he dado cuenta de ello.
Ahora es cuando me dan ganas de saber si es que acaso la mesa que yo veo no la ven quienes yo no veo, y quienes yo no veo ven que estarán sentados en una silla que no veo, y ellos no me ven, pero yo deliberadamente he inventado que están sentados en una silla, porque a tan larga conversación parece lo correcto.
Un rayo de luz, es lo que entro a la habitación, ahora veo con claridad, yo veo, veo unas paredes, ventanas, un piso, para nada simples, bellos, que adornan la habitación dejándola en términos perfectos, que como el tiempo y el espacio, son relativos…adivinaron… No hay nada ni nadie en esta habitación, solo hay excesiva soledad.
Ha de ser porque la compañía era necesaria, un misterio queda por resolver, pero la verdad, más misterioso que el relato mismo, es cómo es que yo sé lo que pasó allí, porque no importa de hecho, el hecho, sino mas bien quien echó el cuento, que si yo lo hubiera inventado, seguramente tendría más potencial que este vago cuento, ¿Quién inventaría un cuento que a nadie iba a gustarle o a interesarle?
¿Qué inventaría un cuento que a nadie iba a gustarle o a interesarle?
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Molesto chirrido en tus oídos, como los que ya has sentido.
Día como cualquier otro, sin siquiera preguntar porque no es diferente, como debería ser, hoy, hay una mesa, vieja. El piso, las paredes, las ventanas, todo lo que forma una fachada simple… una mesa… vieja, de madera tal vez, tiene rayones, golpes, inclusive no es original, ya le han remplazado una pata, dese cuenta, es una mesa de madera con cuatro patas, solo tres de ellas originales.
No se molestan en parar de hablar, su tema es lo suficientemente interesante como para nunca parar, parece que están sentados, pero como en el lugar no hay luz, no podría decirles en que condición se encuentran, solo he podido recurrir a los oídos para decirles que, el o ellos, no se molestan en parar de hablar, o quizás si es una persona hablando sola… no me he dado cuenta de ello.
Ahora es cuando me dan ganas de saber si es que acaso la mesa que yo veo no la ven quienes yo no veo, y quienes yo no veo ven que estarán sentados en una silla que no veo, y ellos no me ven, pero yo deliberadamente he inventado que están sentados en una silla, porque a tan larga conversación parece lo correcto.
Un rayo de luz, es lo que entro a la habitación, ahora veo con claridad, yo veo, veo unas paredes, ventanas, un piso, para nada simples, bellos, que adornan la habitación dejándola en términos perfectos, que como el tiempo y el espacio, son relativos…adivinaron… No hay nada ni nadie en esta habitación, solo hay excesiva soledad.
Ha de ser porque la compañía era necesaria, un misterio queda por resolver, pero la verdad, más misterioso que el relato mismo, es cómo es que yo sé lo que pasó allí, porque no importa de hecho, el hecho, sino mas bien quien echó el cuento, que si yo lo hubiera inventado, seguramente tendría más potencial que este vago cuento, ¿Quién inventaría un cuento que a nadie iba a gustarle o a interesarle?
¿Qué inventaría un cuento que a nadie iba a gustarle o a interesarle?
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NOCHE DE VIGILIA por CAMILA FRANCO
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Hacía Frio… ¿Era acaso la primera vez que sentía ese vacío?... No, no era la primera vez.El crujido del grafito se deshizo de toda la tranquilidad que había logrado juntar en las horas de vigilia, los escalofríos propios de la excitación se habían desvanecido, de nuevo, la soledad le acogía.
-Las Musas… Son ellas las culpables de todas nuestras desgracias, su seductora voz nos impulsa al abismo sin retorno de la imaginación atormentada… cada noche, cada amanecer, mundos sin existencia bailan a través de mi mente, llamándome, pidiendo que les dé una historia.-
Se frotó los ojos mientras buscaba un objeto entre los cajones, finalmente, se escuchó el raspar de la madera contra una navaja, Una..Dos…Tres vueltas bastarían, para que pudiera continuar su tarea, de nuevo, sintió frío, pero este era ya propio de la noche, del mundo adormecido que se arrulla entre las horas que diferencian la madrugada de la vida nocturna, aún no era tiempo, aún no estaba listo, pero.. ¿Qué faltaba?, más importante aún, ¿Qué no estaba listo?
Se frotó el rostro, las sienes, la nuca, los hombros, finalmente, jugueteó con el lápiz en la mano, nada, no sabía que faltaba, pero tampoco sabía como completarlo, amaneció, sus ojos irritados cedieron al cansancio, su cabeza reposó en el escritorio de madera con olor a plástico, si se le veía, una sonrisa se dibujaba en su semblante, Ya nada faltaba.
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Hacía Frio… ¿Era acaso la primera vez que sentía ese vacío?... No, no era la primera vez.El crujido del grafito se deshizo de toda la tranquilidad que había logrado juntar en las horas de vigilia, los escalofríos propios de la excitación se habían desvanecido, de nuevo, la soledad le acogía.
-Las Musas… Son ellas las culpables de todas nuestras desgracias, su seductora voz nos impulsa al abismo sin retorno de la imaginación atormentada… cada noche, cada amanecer, mundos sin existencia bailan a través de mi mente, llamándome, pidiendo que les dé una historia.-
Se frotó los ojos mientras buscaba un objeto entre los cajones, finalmente, se escuchó el raspar de la madera contra una navaja, Una..Dos…Tres vueltas bastarían, para que pudiera continuar su tarea, de nuevo, sintió frío, pero este era ya propio de la noche, del mundo adormecido que se arrulla entre las horas que diferencian la madrugada de la vida nocturna, aún no era tiempo, aún no estaba listo, pero.. ¿Qué faltaba?, más importante aún, ¿Qué no estaba listo?
Se frotó el rostro, las sienes, la nuca, los hombros, finalmente, jugueteó con el lápiz en la mano, nada, no sabía que faltaba, pero tampoco sabía como completarlo, amaneció, sus ojos irritados cedieron al cansancio, su cabeza reposó en el escritorio de madera con olor a plástico, si se le veía, una sonrisa se dibujaba en su semblante, Ya nada faltaba.
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AMOR por CARLOS PEDRAZA
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I
El amor es lo que nace de nuestro corazón
El amor es una gran parte de la comunicación
El amor es el sentimiento más profundo
Que cada persona siente y que a veces es nauseabundo
II
El amor es un gran proceso, es un largo trayecto
El cual nos completa, y nos hace sentir afecto.
Es el productor de emociones y experiencias,
Las cuales son tantas, más de trescientas.
III
Amar es ser, amar es sentir,
Amar es vivir, amar es sufrir,
Amar es saber amar,
Porque todo es amar.
IV
Existen mil razones para pensar,
Cien para admirar
Y una sola para no olvidar:
Que es el amor.
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I
El amor es lo que nace de nuestro corazón
El amor es una gran parte de la comunicación
El amor es el sentimiento más profundo
Que cada persona siente y que a veces es nauseabundo
II
El amor es un gran proceso, es un largo trayecto
El cual nos completa, y nos hace sentir afecto.
Es el productor de emociones y experiencias,
Las cuales son tantas, más de trescientas.
III
Amar es ser, amar es sentir,
Amar es vivir, amar es sufrir,
Amar es saber amar,
Porque todo es amar.
IV
Existen mil razones para pensar,
Cien para admirar
Y una sola para no olvidar:
Que es el amor.
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1er CONCURSO DE CUENTO Y POESIA.
Queridos lectores del blog SIN MUCHA LEY AL ESCRIBIR.
hoy vengo a informarles de una idea que me a surgido, deseo informarles hacerca del 1er concurso de cuento y poesia el cual sera abierto a todo el publico del blog y personas que el publico desee invitar.
las bases del concurso son sencillas.
* no hay limite de hojas ni un formato especifico, se pide que todo sea a computador y se envie a la direccion de correo sinmuchaleyalescribir@hotmail.com, donde tambien se resiviran sus dudas y comentarios, no se necesita ortografia pero si se exige puntuacion.
*los cuentos o poesias que se envien seran publicados en el blog, al cierre del concurso la publicacion que tenga mas visitas sera premiada.
*el premio son 100.000 pesos.
con esta carta se abre oficialmente el 1er concurso de cuento y poesia del blog. la fecha limite de entrega de trabajos es enero 10, el 10 de febrero se sabran los resultados y el 18 de febrero sera la premiacion.
alejandro higuera
director y escritor
oficial del blog.
santiago villamil.
codirector.
hoy vengo a informarles de una idea que me a surgido, deseo informarles hacerca del 1er concurso de cuento y poesia el cual sera abierto a todo el publico del blog y personas que el publico desee invitar.
las bases del concurso son sencillas.
* no hay limite de hojas ni un formato especifico, se pide que todo sea a computador y se envie a la direccion de correo sinmuchaleyalescribir@hotmail.com, donde tambien se resiviran sus dudas y comentarios, no se necesita ortografia pero si se exige puntuacion.
*los cuentos o poesias que se envien seran publicados en el blog, al cierre del concurso la publicacion que tenga mas visitas sera premiada.
*el premio son 100.000 pesos.
con esta carta se abre oficialmente el 1er concurso de cuento y poesia del blog. la fecha limite de entrega de trabajos es enero 10, el 10 de febrero se sabran los resultados y el 18 de febrero sera la premiacion.
alejandro higuera
director y escritor
oficial del blog.
santiago villamil.
codirector.
MÁS ALLÁ DEL SEXO-LUIS AMADOR
LUIS AMADOR.
Desde la cubierta superior del crucero Ramses 1, Sebastián observaba la afluencia majestuosa del río Nilo rumbo al Mediterraneo. Su mente desplegaba un estado de felicidad. Cumplía el sueño infantil de visitar los monumentos faraónicos. Realizaba el viaje acompañado del egoísmo, quería atesorar en vívidos recuerdos cada impresión de sus sentidos, robando del entorno las imágenes de la realidad. Absorto en la contemplación no se percató que junto a él se detuvo una mujer.
La muchacha saludo en ingles, él respondió con un simple Hi. Ella sonrió levemente. Apoyó sus manos en la baranda, y comenzó a disfrutar del paisaje perforado por la proa del barco. Las riveras de fuertes tonos verdes pasaban a ambos lados, separando la feracidad de la tierra egipcia, de arenas estériles que se extendían desierto adentro.
Extrajo una cajetilla de cigarrillos, hizo un gesto invitando a la joven, que con suave ademan declino el ofrecimiento. A su vez sacó cigarrillos de otra marca, lo invito imitando el gesto que el había hecho. Sonrieron.
Accionó el encendedor y ofreció fuego, después prendió el propio
- Gracias. Dijo ella. A continuación preguntó su procedencia. El extendió su diestra.
- Sebastián, hijo de Valparaíso, Chile.
Con ademan de su mano armada por el cigarrillo la animó a decir el de ella.
- Aitana, hija de Kalamata Grecia.
Ambos comprendieron la limitación idiomática para comunicarse, pero usaban la única herramienta lingüística que poseían, un ingles de acento catastrófico que provocaría escalofríos a Shakespeare.
-¿Estas con tu familia, esposo, hijos?
-No, soy divorciada, sin hijos, mi hermana me acompaña. ¿ Y..tu?
-Todo igual a ti.. menos la hermana.
Sebastián le indicó que esperara un momento. Arrastró dos sillas plegables invitandola a sentarse. El débil sol de Diciembre, luchaba por neutralizar la frialdad de la anterior noche desértica. Por unos segundos se observaron con discreción. Fue un análisis físico, somero y placentero. Sus rostros se vistieron de sonrisas casi cómplices, satisfechos de conocerse.
- ¿Primera vez aquí?
- Si.. y ultima. Respondió Aitana
- Pienso lo mismo. El país ofrece hermoso pasado, pero ver el legado histórico con una vez basta. ¿Por casualidad eres maestra de historia?
- Acertaste el 50% , soy profesora, pero de biología en Atenas. Y añadió. ¿Quizá eres conductor de autobús, o constructor de carreteras?
-¡ Por Dios !. Exclamó Sebastián mientras reían la ocurrencia de la muchacha. Casi adivinas, soy geólogo, trabajo para minas de cobre. Mis investigaciones son básicas para perforar los tuneles, por donde circulan los carros que transportan a los mineros y extraen el mineral. O sea, una especie de carretera para mini autobuses. Volvieron a reír.
- Tu y yo convinados haríamos un perfecto egiptólogo, estudias suelos y piedras, yo la vida.
- Tu y yo convinados podemos hacer maravillas y le damos vacaciones al egiptólogo.
Aitana amordazó su boca con la mano, evitando una carcajada ante el tono picaresco y marcada intención de Sebastián.
- ¡ Eres terrible !. Me pones sobre aviso... contigo hay que andar con cuidado.
. Intento comportarme a la altura de alguien con elevado sentido del humor y chispeante inteligencia. Dijo Sebastián halagandola.
La conversación continuó hasta que el sol los obligó a buscar refugio bajo el alero del bar, en el centro de la cubierta. Sebastián invitó a una cerveza, debían aprovechar que en el barco las bebidas alcohólicas están autorizadas para ser vendidas a los extranjeros. Cerca de la 1 p.m. abandonaron la cubierta y bajaron al piso del comedor.
- Sebastián ella es mi hermana Elena.
- Un placer conocerla. Con su belleza entiendo a Paris..
- Gracias, pero no soy la Elena de Troya. Todos sonrieron.
- Sentémonos.. tengo un apetito que veo visiones, hasta Tutankamón modelando en tanga..
- ¡ Aitana, que exagerada !. Criticó Elena.
El almuerzo transcurrió en ambiente de camaradería, como si se conocieran de días anteriores.
Sebastián para cimentar la naciente amistad pidió una botella de vino tinto. Un tempranillo español, adecuado para exaltar el apetito.
- Supuse una desgracia como esta.. la carta de vinos es muy corta. En la noche, a la hora del baile, descorcharé un Gavernet Sauvignon chileno, de reserva especial, espero compartirlo con ustedes.
- Gratificante invitación, lo probaremos. Aceptó Aitana
- Si, y velada intención a compartir el salón de baile. Respondió Elena
- Garantizo la calidad del vino, pero el baile..
- Nadie nos conoce. Interrumpió Aitana. Cualquier brinco raro pasará por una modalidad de danza extranjera.
A las 9 p.m. comenzó la noche árabe, asistieron ataviados a la usanza egipcia.
- Me siento como Marcos Antonio cuando vio a Cleopatra. Los colores del vestuario resaltan la blancura impecable de tu tes y las finas facciones en el ovalo perfecto de tu cara.
- Exageras, eres muy adulador. Cuando venga Elena podrás decirle lo mismo.
- Elena es bella, pero tu me causaste una impresión distinta desde que te vi en la cubierta.
- Gracias. Admito que tus piropos son los mas hermosos que me han dicho, pero por favor no continúes, el rubor me ahoga.
- Entonces disfrutemos la ironía, que griega y chileno bailen música gringa en barco árabe.
Después de tres piezas musicales vino un intervalo, vino Elena y el vino chileno perdió el corcho. Tan pronto comenzó de nuevo la música se presentó un joven italiano a solicitar que Elena lo acompañará a bailar. Sebastián en silencio agradeció la aparición del italo, no tendría que dividirse entre las hermanas para compartir socialmente. Prefería agudizar su ingenio en Aitana y reducir el espacio entre ambos en cada pieza. Afuera el crucero en medio de la frialdad nocturna ascendía por la corriente del río dirigiendose al próximo puerto, Aswan. Adentro el calor humano ganaba grados continuamente, porque el vino chileno, al morir, cedió el bastón de mando al vino español.
6.20 a.m. el teléfono saltó como conejo asustado, avisaba la hora del desayuno y la excursión a la represa de Aswan. ¡ Porque no te callas !. Dijo Sebastián medio dormido parafraseando al rey Juan Carlos. Palpó a su izquierda. No había sido un sueño, Aitana dormía ignorando la insistencia del teléfono. Descolgó el molesto aparato. Se sentó al borde de la cama con los codos sobre las rodillas y las manos sujetandole la cara. Había dormido escasamente una hora, pero estaba acostumbrado a imponerse al cansancio, cuando el trabajo apremiaba en las minas no existía escusa válida. Tambaleandose entró al baño a tomar una ducha caliente, segundos después sintió resbalar por su espalda una mano tibia que terminó pellizcandole el trasero. Aushhh. Dijo y se dio vuelta para encontrar una beldad griega, desnuda y sonriente.
Dos días mas tarde, con miles de besos alfombrando los recuerdos, descendían en el aeropuerto del Cairo. Sabían que allí terminaba un girón de sus vidas. Resentían las abismales diferencias de sus destinos, pero se agradecían recíprocamente la felicidad recibida. Sin embargo la tristeza de la separación los quemaba por dentro.
Cada persona irradia magnetismo propio, único, que atrapa al polo contrario cuando recibe esa atracción subliminal.. El sexo es la naturaleza en marcha, rige la vida obedeciendo impulsos hormonales y, a veces, deja huellas imperecederas.
Aitana y Sebastián coincidieron en un escenario imprevisto, donde el vacío emocional fue arropado por el encanto mágico de una historia, con miles de años jalonada de bellos romances. Lejos de sus vidas habituales se entregaron sin inhibiciones a los instintos primarios, y concientemente ignoraron consecuencias posteriores. Su mundo se redujo a un sexo espontaneo y feroz. Amontonaron conversaciones, caricias y placer, que se convirtieron en pirámide de entendimiento espiritual y físico. Las palabras amor y futuro no las mencionaron, permanecían sumidos en un presente inmediato, tórrido, insaciable, repleto de ansiedad desconocida.
Desesperados intentaron sin éxito comprimir el tiempo, como si quisieran beberse de un trago el caudal del Nilo.
Llegaba a su fin una luna de miel no soñada. El ultimo beso, largo y doloroso, selló lo que sus labios no dejaron escapar.
Aitana y Elena pasarían los últimos siete días de las vacaciones junto a su hermano mayor en Roma, después de vuelta a la rutina diaria.
El hizo escala en Madrid para volar sobre el Atlántico directo a Santiago. Fue a casa de sus padres, besó a todos y repartió los regalos. El equipaje quedó relegado en un rincón.
En el próximo turno laboral se reincorporó a la geología. Todo funcionaba igual que antes del viaje, pero su vida no era la misma. Cada día las horas lo agobiaban mas alla de su comprensión. Languidecía en una soledad confusa. Recurrentemente pensaba en Aitana. Transcurrió una semana antes que su madre lo llamara. Le informó había encontrado una nota en el bolsillo interior de uno de sus trajes. Contenía un nombre, dirección electrónica y numero telefónico. Sus ojos brillaron como si saliera el sol en las entrañas de la mina.
Atenas, Grecia. Mujer en fin, el mismo día de su llegada, Aitana comenzó a seleccionar sus vestidos para enviarlos a la tintorería. De pronto gritó y comenzó a saltar de alegría. Envuelto en su ropa interior un papel cuidadosamente doblado y perfumado, exponía la dirección electrónica, numero de teléfono y la firma de Sebastián. Debajo tres palabras en letras mayúsculas. PLEASE... REMEMBER ME.
LUIS AMADOR
Desde la cubierta superior del crucero Ramses 1, Sebastián observaba la afluencia majestuosa del río Nilo rumbo al Mediterraneo. Su mente desplegaba un estado de felicidad. Cumplía el sueño infantil de visitar los monumentos faraónicos. Realizaba el viaje acompañado del egoísmo, quería atesorar en vívidos recuerdos cada impresión de sus sentidos, robando del entorno las imágenes de la realidad. Absorto en la contemplación no se percató que junto a él se detuvo una mujer.
La muchacha saludo en ingles, él respondió con un simple Hi. Ella sonrió levemente. Apoyó sus manos en la baranda, y comenzó a disfrutar del paisaje perforado por la proa del barco. Las riveras de fuertes tonos verdes pasaban a ambos lados, separando la feracidad de la tierra egipcia, de arenas estériles que se extendían desierto adentro.
Extrajo una cajetilla de cigarrillos, hizo un gesto invitando a la joven, que con suave ademan declino el ofrecimiento. A su vez sacó cigarrillos de otra marca, lo invito imitando el gesto que el había hecho. Sonrieron.
Accionó el encendedor y ofreció fuego, después prendió el propio
- Gracias. Dijo ella. A continuación preguntó su procedencia. El extendió su diestra.
- Sebastián, hijo de Valparaíso, Chile.
Con ademan de su mano armada por el cigarrillo la animó a decir el de ella.
- Aitana, hija de Kalamata Grecia.
Ambos comprendieron la limitación idiomática para comunicarse, pero usaban la única herramienta lingüística que poseían, un ingles de acento catastrófico que provocaría escalofríos a Shakespeare.
-¿Estas con tu familia, esposo, hijos?
-No, soy divorciada, sin hijos, mi hermana me acompaña. ¿ Y..tu?
-Todo igual a ti.. menos la hermana.
Sebastián le indicó que esperara un momento. Arrastró dos sillas plegables invitandola a sentarse. El débil sol de Diciembre, luchaba por neutralizar la frialdad de la anterior noche desértica. Por unos segundos se observaron con discreción. Fue un análisis físico, somero y placentero. Sus rostros se vistieron de sonrisas casi cómplices, satisfechos de conocerse.
- ¿Primera vez aquí?
- Si.. y ultima. Respondió Aitana
- Pienso lo mismo. El país ofrece hermoso pasado, pero ver el legado histórico con una vez basta. ¿Por casualidad eres maestra de historia?
- Acertaste el 50% , soy profesora, pero de biología en Atenas. Y añadió. ¿Quizá eres conductor de autobús, o constructor de carreteras?
-¡ Por Dios !. Exclamó Sebastián mientras reían la ocurrencia de la muchacha. Casi adivinas, soy geólogo, trabajo para minas de cobre. Mis investigaciones son básicas para perforar los tuneles, por donde circulan los carros que transportan a los mineros y extraen el mineral. O sea, una especie de carretera para mini autobuses. Volvieron a reír.
- Tu y yo convinados haríamos un perfecto egiptólogo, estudias suelos y piedras, yo la vida.
- Tu y yo convinados podemos hacer maravillas y le damos vacaciones al egiptólogo.
Aitana amordazó su boca con la mano, evitando una carcajada ante el tono picaresco y marcada intención de Sebastián.
- ¡ Eres terrible !. Me pones sobre aviso... contigo hay que andar con cuidado.
. Intento comportarme a la altura de alguien con elevado sentido del humor y chispeante inteligencia. Dijo Sebastián halagandola.
La conversación continuó hasta que el sol los obligó a buscar refugio bajo el alero del bar, en el centro de la cubierta. Sebastián invitó a una cerveza, debían aprovechar que en el barco las bebidas alcohólicas están autorizadas para ser vendidas a los extranjeros. Cerca de la 1 p.m. abandonaron la cubierta y bajaron al piso del comedor.
- Sebastián ella es mi hermana Elena.
- Un placer conocerla. Con su belleza entiendo a Paris..
- Gracias, pero no soy la Elena de Troya. Todos sonrieron.
- Sentémonos.. tengo un apetito que veo visiones, hasta Tutankamón modelando en tanga..
- ¡ Aitana, que exagerada !. Criticó Elena.
El almuerzo transcurrió en ambiente de camaradería, como si se conocieran de días anteriores.
Sebastián para cimentar la naciente amistad pidió una botella de vino tinto. Un tempranillo español, adecuado para exaltar el apetito.
- Supuse una desgracia como esta.. la carta de vinos es muy corta. En la noche, a la hora del baile, descorcharé un Gavernet Sauvignon chileno, de reserva especial, espero compartirlo con ustedes.
- Gratificante invitación, lo probaremos. Aceptó Aitana
- Si, y velada intención a compartir el salón de baile. Respondió Elena
- Garantizo la calidad del vino, pero el baile..
- Nadie nos conoce. Interrumpió Aitana. Cualquier brinco raro pasará por una modalidad de danza extranjera.
A las 9 p.m. comenzó la noche árabe, asistieron ataviados a la usanza egipcia.
- Me siento como Marcos Antonio cuando vio a Cleopatra. Los colores del vestuario resaltan la blancura impecable de tu tes y las finas facciones en el ovalo perfecto de tu cara.
- Exageras, eres muy adulador. Cuando venga Elena podrás decirle lo mismo.
- Elena es bella, pero tu me causaste una impresión distinta desde que te vi en la cubierta.
- Gracias. Admito que tus piropos son los mas hermosos que me han dicho, pero por favor no continúes, el rubor me ahoga.
- Entonces disfrutemos la ironía, que griega y chileno bailen música gringa en barco árabe.
Después de tres piezas musicales vino un intervalo, vino Elena y el vino chileno perdió el corcho. Tan pronto comenzó de nuevo la música se presentó un joven italiano a solicitar que Elena lo acompañará a bailar. Sebastián en silencio agradeció la aparición del italo, no tendría que dividirse entre las hermanas para compartir socialmente. Prefería agudizar su ingenio en Aitana y reducir el espacio entre ambos en cada pieza. Afuera el crucero en medio de la frialdad nocturna ascendía por la corriente del río dirigiendose al próximo puerto, Aswan. Adentro el calor humano ganaba grados continuamente, porque el vino chileno, al morir, cedió el bastón de mando al vino español.
6.20 a.m. el teléfono saltó como conejo asustado, avisaba la hora del desayuno y la excursión a la represa de Aswan. ¡ Porque no te callas !. Dijo Sebastián medio dormido parafraseando al rey Juan Carlos. Palpó a su izquierda. No había sido un sueño, Aitana dormía ignorando la insistencia del teléfono. Descolgó el molesto aparato. Se sentó al borde de la cama con los codos sobre las rodillas y las manos sujetandole la cara. Había dormido escasamente una hora, pero estaba acostumbrado a imponerse al cansancio, cuando el trabajo apremiaba en las minas no existía escusa válida. Tambaleandose entró al baño a tomar una ducha caliente, segundos después sintió resbalar por su espalda una mano tibia que terminó pellizcandole el trasero. Aushhh. Dijo y se dio vuelta para encontrar una beldad griega, desnuda y sonriente.
Dos días mas tarde, con miles de besos alfombrando los recuerdos, descendían en el aeropuerto del Cairo. Sabían que allí terminaba un girón de sus vidas. Resentían las abismales diferencias de sus destinos, pero se agradecían recíprocamente la felicidad recibida. Sin embargo la tristeza de la separación los quemaba por dentro.
Cada persona irradia magnetismo propio, único, que atrapa al polo contrario cuando recibe esa atracción subliminal.. El sexo es la naturaleza en marcha, rige la vida obedeciendo impulsos hormonales y, a veces, deja huellas imperecederas.
Aitana y Sebastián coincidieron en un escenario imprevisto, donde el vacío emocional fue arropado por el encanto mágico de una historia, con miles de años jalonada de bellos romances. Lejos de sus vidas habituales se entregaron sin inhibiciones a los instintos primarios, y concientemente ignoraron consecuencias posteriores. Su mundo se redujo a un sexo espontaneo y feroz. Amontonaron conversaciones, caricias y placer, que se convirtieron en pirámide de entendimiento espiritual y físico. Las palabras amor y futuro no las mencionaron, permanecían sumidos en un presente inmediato, tórrido, insaciable, repleto de ansiedad desconocida.
Desesperados intentaron sin éxito comprimir el tiempo, como si quisieran beberse de un trago el caudal del Nilo.
Llegaba a su fin una luna de miel no soñada. El ultimo beso, largo y doloroso, selló lo que sus labios no dejaron escapar.
Aitana y Elena pasarían los últimos siete días de las vacaciones junto a su hermano mayor en Roma, después de vuelta a la rutina diaria.
El hizo escala en Madrid para volar sobre el Atlántico directo a Santiago. Fue a casa de sus padres, besó a todos y repartió los regalos. El equipaje quedó relegado en un rincón.
En el próximo turno laboral se reincorporó a la geología. Todo funcionaba igual que antes del viaje, pero su vida no era la misma. Cada día las horas lo agobiaban mas alla de su comprensión. Languidecía en una soledad confusa. Recurrentemente pensaba en Aitana. Transcurrió una semana antes que su madre lo llamara. Le informó había encontrado una nota en el bolsillo interior de uno de sus trajes. Contenía un nombre, dirección electrónica y numero telefónico. Sus ojos brillaron como si saliera el sol en las entrañas de la mina.
Atenas, Grecia. Mujer en fin, el mismo día de su llegada, Aitana comenzó a seleccionar sus vestidos para enviarlos a la tintorería. De pronto gritó y comenzó a saltar de alegría. Envuelto en su ropa interior un papel cuidadosamente doblado y perfumado, exponía la dirección electrónica, numero de teléfono y la firma de Sebastián. Debajo tres palabras en letras mayúsculas. PLEASE... REMEMBER ME.
LUIS AMADOR
LA MUÑECA DE PORCELANA 3
La ira se apodero del corazon blando del asesino furtivo.
mientras miraba esos delicados movimientos tan sutiles y extrañamente atractivos para sus ojos inquietos, lograba reconocer todo menos sus sentimientos que lo atormentaban derrepente con su futuro enfrente de si.
la sombra de su pasado desaparecio para no volver mas, pero el asesino seguia sus pasos, queria cazarla y comerla para acabar por fin con todo aquello y poder descanzar con su conciencia.
no tenia nada por lo cual pelear, era un peon mas, algo que el mismo no podia definir.
la daga fria y afilada fue tirada al viento con una precision digna de un arquero, el viento impulso la daga a su fin, la impulso un poco para evitar el suspenso, atraveso el bosque despeino algunos arboles y tumbo el camuflaje de algunos arboles que se vestian de blanco.
la daga de manera silenciosa se clavo ahi, en la parte de atras de la bailarina, donde deberia estar su corazon, la muñeca de porcelana tubo un momento donde no sintio nada, donde no volvio a hacer mas movimientos, donde simplemente cayo a la montaña de nieve suave y calida que no se mancho de el tipido color rojo.
el asesino se acerco al cuerpo con una tristeza que tampoco supo reconocer, deslizo su mano por la cara de la hermosa dama que llacia ya con los ojos cerrados.
la agarro de la cintura y la levanto de un solo empujon, la abrazo y vio como sus ojos se llenaban de un liquido que el mismo no reconocio.
esperaba sangre, algo que no pudiera esconder de manera facil, al poco tiempo la muñeca se partio en mil pedazos y fue muy facil de ocultar.
mientras miraba esos delicados movimientos tan sutiles y extrañamente atractivos para sus ojos inquietos, lograba reconocer todo menos sus sentimientos que lo atormentaban derrepente con su futuro enfrente de si.
la sombra de su pasado desaparecio para no volver mas, pero el asesino seguia sus pasos, queria cazarla y comerla para acabar por fin con todo aquello y poder descanzar con su conciencia.
no tenia nada por lo cual pelear, era un peon mas, algo que el mismo no podia definir.
la daga fria y afilada fue tirada al viento con una precision digna de un arquero, el viento impulso la daga a su fin, la impulso un poco para evitar el suspenso, atraveso el bosque despeino algunos arboles y tumbo el camuflaje de algunos arboles que se vestian de blanco.
la daga de manera silenciosa se clavo ahi, en la parte de atras de la bailarina, donde deberia estar su corazon, la muñeca de porcelana tubo un momento donde no sintio nada, donde no volvio a hacer mas movimientos, donde simplemente cayo a la montaña de nieve suave y calida que no se mancho de el tipido color rojo.
el asesino se acerco al cuerpo con una tristeza que tampoco supo reconocer, deslizo su mano por la cara de la hermosa dama que llacia ya con los ojos cerrados.
la agarro de la cintura y la levanto de un solo empujon, la abrazo y vio como sus ojos se llenaban de un liquido que el mismo no reconocio.
esperaba sangre, algo que no pudiera esconder de manera facil, al poco tiempo la muñeca se partio en mil pedazos y fue muy facil de ocultar.
LA MUÑECA DE PORCELANA 2
su oscuro pasado la perseguia como una sombra ligera y aterradoramente maliciosa, le pisaba los talones, le respiraba en la nuca sin dañar nunca su baile espectral de luces y movimientos fragiles.
su cuerpo inerte con su corazon inexistente se aterrorizaban e imaginaban con voz de paciencia lo oscuro de su pasado, ese pasado sin rostro ni cuerpo.
su cielo se nublaba de tonalidades grises que sus ojos secos no podian entender, asi como no podia entender lo triste del amor y la felicidad de la soledad.
sus manos tan palidas como la nieve hacian figuras hermosas de colores inigualables que solo saltaban a la mirada del observador atento, sinembargo no habia nadie que la observara...solo estaba el asesino con la daga en la mente y las manos llenas de sangre que le respiraba en la nuca y que habia caido perdidamente enamorado de la siempre joven bailarina.
el camino enpiedrado sin final, la guiaba en la mitad de arboles rebeldes que se disfrazaban del blanco del invierno.
su cuerpo inerte con su corazon inexistente se aterrorizaban e imaginaban con voz de paciencia lo oscuro de su pasado, ese pasado sin rostro ni cuerpo.
su cielo se nublaba de tonalidades grises que sus ojos secos no podian entender, asi como no podia entender lo triste del amor y la felicidad de la soledad.
sus manos tan palidas como la nieve hacian figuras hermosas de colores inigualables que solo saltaban a la mirada del observador atento, sinembargo no habia nadie que la observara...solo estaba el asesino con la daga en la mente y las manos llenas de sangre que le respiraba en la nuca y que habia caido perdidamente enamorado de la siempre joven bailarina.
el camino enpiedrado sin final, la guiaba en la mitad de arboles rebeldes que se disfrazaban del blanco del invierno.
LA MUÑECA DE PORCELANA 1
el invierno se vino encima para congelar cuanto corazon encontro.
las hojas de los arboles se marchitaron.
la mirada de la niña de piel de porcelana seguia intacta, con un cafe insoportablemente bello. con sus movimientos de bailarina rosada saltaba sobre la nieve jugueteando con los animales que le huian a tan perfecto ser.
sus delicados movimiento se confundian en la blancura de la vista. lo hermoso de la piel de la muñeca de tez palida tan suave y delicada.
unos giros, unas caminatas, unas puntas, una sonrisa en cada paso sin dolor y con una practica infinita.
las lagrimas que corrian por su cara llena ahora de felicidad se volvieron hielo y desaparecieron como el sentimiento.
del cielo empezaron a caer copos de nieve que se acumulaban en las hojas de los arboles rebeldes a la naturaleza.
la muñeca se movia de manera plastica pero delicada.
las hojas de los arboles se marchitaron.
la mirada de la niña de piel de porcelana seguia intacta, con un cafe insoportablemente bello. con sus movimientos de bailarina rosada saltaba sobre la nieve jugueteando con los animales que le huian a tan perfecto ser.
sus delicados movimiento se confundian en la blancura de la vista. lo hermoso de la piel de la muñeca de tez palida tan suave y delicada.
unos giros, unas caminatas, unas puntas, una sonrisa en cada paso sin dolor y con una practica infinita.
las lagrimas que corrian por su cara llena ahora de felicidad se volvieron hielo y desaparecieron como el sentimiento.
del cielo empezaron a caer copos de nieve que se acumulaban en las hojas de los arboles rebeldes a la naturaleza.
la muñeca se movia de manera plastica pero delicada.