POR QUÉ ESCRIBO? por Alejandro Higuera S (Dueño del blog)

Puede parecer una pregunta sencilla de responder, pero para nosotros, los que encontramos refugio en la tinta y en el papel, esta pregunta tiende a llevarnos a recordar momentos que quizás ya hayamos olvidado, o que quizás dejamos en el pasado. Por mi parte, he de decir que desde que empecé a hacer mis primeros trazos sobre papel, descubrí lo fascinante y agotador que era el arte de escribir, para entender porque escribo, es necesario mirar un poco atrás.

Quizás empecé a escribir cuando cursaba 3er grado de primaria, pero no un escribir de trazar letras, si no del arte de conjugar oraciones. Ahora me sorprendo de lo imaginativo que resultaba, lo infantil y desenfrenado, si aún mis recuerdos están intactos, mi primer cuento se titulo “La Jirafa y El Elefante”, que tubo hasta 6 partes, cegado en mi ansia de superar la famosa saga de “Harry Potter”.

El cuento era una historia de amor, como las muchas que escribo hoy en día, que tiraba a parecer una especie de “Cien Años de Soledad”, con el millón de generaciones de animales tan extraños que solo podrán habitar en mi imaginación. Sin embargo, escribir, en ese entonces, no era mas que un pasatiempos desquiciado, algo que hacia quizás por tener algo de reconocimiento, un don que sin duda fue alagado por muchos, un escribir porque era tarea, un escribir por escribir.

Fue quizás cuando cursaba el 1er grado del bachillerato, que encontré en la escritura un refugio para la soledad que me abatía, esta vez, ya no buscaba amores o un reconocimiento, no, buscaba una especie de reconciliación conmigo mismo, por toda esa soledad que sentía, que me carcomía el alma… No podré ser nunca yo, el que cuente este pedazo de la historia con hechos y razones, pues por alguna razón, estos momentos han quedado blindados y borrados de mi mente, contrario a lo que se pueda pensar, me considero una persona con una gran capacidad de recordar, pero esto va mas allá de mis limites, puesto que quizás, lo bloquee, por lo que temo caer de nuevo en eso, pues “Pueblo que no conoce su historia tiende a repetirla”.

Mis cuentos en ese 1er grado de bachillerato, no pasaron jamás de las hojas de cuaderno que nos rotábamos con mis compañeros, algunos de los cuales ya no están, o siguen presentes pero no de la manera que me gustaría, mi talento fue reconocido, sin buscar hacerlo. Las temáticas ahora me resultan absurdas, ya que, toda obra fuera de un contexto socio-cultural (el que he olvidado) son solo un montón de hojas malgastadas, diré que estaba algo enojado con la vida, pensaba en suicidarme, en acabar con la maldita soledad que me invadía y el aburrimiento mortal de las clases de física.

Creo, que la razón de que empezara a escribir, se haya ahí, en el primer grado de bachillerato, pero la aplicación de esto, se vio al año siguiente, después de mi viaje a Canadá y Panamá.

No puedo pretender mentir, esta parte de mi historia es muy conocida, fue el año en que caí perdidamente enamorado de una niña de ojos verdes, dos luceros tan puros y celestiales, como solo ella tenia, puesto que ahora que los años han pasado su color se ha perdido. Me enamore, de una manera loca, un primer amor, diferente a muchos otros que había experimentado. Desesperado escribía cartas y cuentos donde ambos (ella y yo), podíamos ser felices. Pero nunca sucedió, y lo que vino después no fue mas que un vacío peor, y una fase de mi vida que yo, por mi parte, he decidido olvidar, por lo que me somete a remontarme a pensamientos tan absurdos y persistentes como el suicidio y la casi anorexia que me invadió de repente y que me trajo a donde hoy estoy parado.

Aquí, en el segundo año de mi bachillerato, es cuando la escritura se basa en llenar vacíos que me ha dejado la vida, el amor no correspondido. La escritura se convierte en ese algo que me desahoga de mis pensamientos, que me distrae y que me deja entrar en un mundo de fantasía que solo, podría encontrar con ellos, mis eternos compañeros, el lápiz y el papel, con los que no se seguir mi vida.

Ese mismo año, escribí mi primera novela, que ahora me parece un poco idiota, si alguien quisiese leerlo ahora, no entendería nada, puesto que ahí, en esos seis cuadernitos, se esconde una realidad dolorosa, 6 meses en mi vida, eso es lo que contiene, 6 meses en la vida de todos, de mis compañeros, todos tratando de escapar de estos cuerpos de niños y buscando una vida adulta, donde la vida resultara fácil, donde el amor estuviera a la vuelta de la esquina, donde el amor no representa un Taboo y es mucho mas que los deseos naturales del hombre.(Esto no se puede decir que sea un resumen, es un…. “Con esto se entenderá”)

Los años siguientes, la escritura no se transformo, siguió siendo un método, para mantenerme cuerdo, para desahogarme. Abrí un blog, con la esperanza de que nada de lo que escribiese se lo llevara el viento, gane un concurso de escritura, y no dejo de escribir en prosa que es lo que más amo, porque me libera de los demonios con los que cargo.

El hecho de que hoy escriba no hace más que referencia a eso, al desahogarme, al dejar que los sentimientos broten, sin forma, sin ortografía, dejar que todo fluya. Escribir no es más que una aventura para mí, por esto, no puedo pretender escribir sobre política o cualquier otro tema, ya que la escritura no es más que un brote de sentimientos y una puerta a otro mundo, donde todo eso que me revuela en la cabeza se hace real. Donde la dolorosa realidad de mi pueblo, de mi familia, de mi vida, no hacen cifras al lado de mi imaginación, por la que vivo y lucho día a día.

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