Habia muerto en vida, como muchas otras veces, ahogado en mis propias lagrimas, que rodaban sin derramar, sin mojar, sin mostrarse a la luz de miradas inquietas, y volvia, ahora en el crepusculo, a intentar entrar en un bosque que ya habia dejado atras.
no buscaba ya amor, ni placeres que me llevasen a un final tragico, aun paraiso que no pudiese ver o disfrutar aun estando en el.
0 comentarios:
Publicar un comentario
HOLA aqui es donde pueden dejar sus comentarios del blog sus comentarios del relato.